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La caída de Astroc pone a prueba la fortaleza de las inmobiliarias cotizadas

El mercado recupera la tranquilidad tras dos semanas de amenazas de hundimiento del sector en Bolsa

lunes 20 de octubre de 2014, 14:42h
08/05/2007.- La caída del sector inmobiliario cotizado en pleno la pasada semana, animó el surgimiento de las ya conocidas teorías sobre el posible pinchazo de la burbuja inmobiliaria. Tras un año protagonizando subidas que en algunos casos parecían desmesuradas, las compañías del sector fueron víctimas de una súbita corrección en Bolsa que parece haber llegado a su fin, manteniendo todavía las esperanzas sobre un futuro "aterrizaje suave".
El pasado 23 de abril Astroc registró una caída en Bolsa del 37,23% de su valor. Al día siguiente, la mayor parte de las inmobiliarias y constructoras cotizadas, le siguieron en una alarmante jornada en la que otras seis compañías registraron bajadas por encima del 10% (Urbas, Colonial, Montebalito, Cleop, Inmocaral y Fadesa). El derrumbe escenificó a la perfección el tan anunciado cambio de ciclo que, en principio, se espera tranquilo, aunque haya comenzado con un pequeño terremoto en Bolsa.
La mayor parte de analistas coinciden en hablar de una "corrección" que en todo momento han estado anunciando desde los corrillos bursátiles. En el caso de Astroc, que había multiplicado por diez su valor en menos de un año, el proceso parecía inevitable. Igualmente, muchas de las compañías del sector que cotizan en Bolsa estaban también afectadas por una "sobrevaloración" que, en estos momentos, parece haber concluido. En muchos casos las empresas habían llegado a una capitalización que superaba con creces el valor neto de sus activos (NAV), uno de los índices más fiables, según los analistas, para saber exactamente lo que "cuestan" las compañías del sector. En el caso de Astroc, esta situación había llegado a un punto extremo. La empresa finalizó el año 2006 con unos activos valorados en 4.145 millones de euros y una deuda de 1.760 millones. Su capitalización bursátil rondó, en febrero de este año, los 9.000 millones de euros. En la situación tuvo que ver el escaso free float de la compañía (en torno a un 25%), lo que convierte su valor en muy volátil. Seguramente esto es lo que le llevó al estrellato entre las cotizadas y lo que, más tarde, le convirtió en víctima de los movimientos especulativos.
Durante la rueda de prensa llevada a cabo para explicar la situación, Enrique Bañuelos, presidente de la compañía (hasta aquel día considerablemente esquivo con los medios de comunicación), explicó las magnitudes de la empresa. Para él no están demasiado fundamentadas las causas del descenso, ni las de la subida, aunque sólo apareció ante la prensa cuando Astroc cayó y no cuando todos los indicadores sugerían que el valor estaba creciendo en exceso.
Dos semanas después del susto inicial, las cosas parecen haberse calmado. La mayor parte de las empresas inmobiliarias recuperan, poco a poco, algo de lo que han estado perdiendo durante los últimos días y Astroc, que llegó a cotizar por debajo de los catorce euros, registra subidas puntuales que vuelven a colocar su capitalización en niveles más cercanos a su NAV (actualmente su capitalización rondaría los 1.550 millones de euros, mientras que su NAV está en torno a los 2.385 millones de euros). A pesar de la ligera recuperación y de que varias empresas conservan un balance aceptable entre su capitalización y sus activos (como, por ejemplo, Colonial o Urbis) y algunas están incluso infravaloradas (Fadesa) los analistas muestran mucha desconfianza hacia el sector, en un momento en el que el cambio de ciclo, más que inminente, parece haber llegado ya.
Más inmobiliarias en Bolsa.- La agitación de las últimas semanas no ha echado atrás a dos de las compañías que tenían prevista su salida a Bolsa para los próximos meses. Tanto Realia (propiedad de Caja Madrid y FCC) como la más modesta Tremón, darán su salto al parqué a finales de este mismo mes y de junio respectivamente.
Después del descalabro del sector, ambas empresas comunicaron durante la pasada semana su intención de llevar a cabo sus planes en este sentido. El caso de Tremón tiene ciertas similitudes con el de Astroc, aunque más por el tamaño de las empresas que por la actividad que llevan a cabo. La valoración de sus activos, eso sí, es algo mayor de lo que fue la de Astroc en el momento de su salida a Bolsa: alcanza los 2.789 millones de euros, mientras que la compañía levantina no llegaba a los 900 millones de euros. Además Tremón tiene más diversificada su actividad (entre construcción y promoción) y también su expansión geográfica (está presente en otros países como Marruecos y varios de Europa del Este).

El mercado no hace diferencias entre constructoras e inmobiliarias
En un castigo que ha resultado a todas luces injusto para los analistas, las constructoras han recibido el mismo trato que las inmobiliarias durante el derrumbe sufrido a finales de mes. A pesar de que el negocio que llevan a cabo se diferencia por parte de muchos expertos (hasta el punto de no considerarlas empresas del sector inmobiliario), los inversores parecen no tener la misma idea sobre las grandes constructoras españolas.
Las empresas de este sector ya iniciaron hace años una diversificación de su actividad que les ha ido alejando poco a poco de la edificación en el sector residencial y, por lo tanto, de los ciclos que afectan a este mercado. Sus actividades están más enfocadas ahora a la obra civil, las concesiones de infraestructuras o los servicios generales. Mientras que analistas consultados afirman su intención de aconsejar permanecer "totalmente fuera del sector inmobiliario", no piensan lo mismo del sector de la construcción, en el que las caídas se califican como "injustificadas".
Pese a todo, el factor anímico parece tan importante como cualquier balance contable en el mundo de la Bolsa, y las constructoras cayeron con fuerza el día 24 de abril: Sacyr fue la sexta empresa que más bajó aquel día (en porcentaje sobre el precio por acción y entre constructoras e inmobiliarias), mientras que FCC fue la séptima y Acciona la novena. No obstante, después de la fatídica pasada semana, todas registran ahora ligeras recuperaciones que las acercan a los valores que tenían hace antes del terremoto bursátil.
Parece que, pese a todo, el fantasma de explosión de la "Burbuja" se aleja, al menos por el momento. Enrique Bañuelos, durante su comparecencia ante los medios para tranquilizar a los inversores, dejó clara su opinión: "no creo que podamos hablar de burbuja; las correcciones están siendo bastante normales y no se observan unas caídas de producción o de licencias que puedan considerarse importantes". Por el momento, y dentro de la más absoluta cautela, la tormenta parece haber pasado. Sin embargo, todos los inversores y también más de un ciudadano, se han visto por unos días bajo la sombra de una futura recesión, provocada por el hundimiento brusco del sector inmobiliario.
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