Ciudades más grandes, pero ¿mejores?

Madrid ha acogido la pasada semana la Conferencia de la OCDE sobre grandes ciudades. Ha sido un éxito del anfitrión, el Alcalde Ruiz Gallardón, que ha sido el impulsor de este encuentro, junto con Ángel Gurría y el ex Presidente de Chile, y Presidente del Club de Madrid, Ricardo Lagos.
Compartir conocimientos y experiencias ante problemas que, con matices, son comunes a las grandes urbes, es siempre útil. Ministros, Alcaldes y representantes de grandes ciudades de 25 países han asistido a esta reunión, que trata de hacer frente a un problema muy difícil, por no decir imposible de solucionar: el trasvase continuo de habitantes de pequeñas poblaciones y zonas rurales a la capital y, en el caso de Madrid, con el añadido de un gran flujo migratorio.
El caso de Madrid es la muestra de cómo una gran urbe puede ser, a la vez, un núcleo industrial, comercial y de servicios de primera magnitud. Hombres y mujeres se dirigen a Madrid, desde lugares diversos de dentro y fuera de España, tanto voluntariamente como por necesidad. Esperan encontrar puestos de trabajo, salarios, prestaciones educativas y sanitarias de las que suelen carecer en sus puntos de origen. Su aportación al mundo del trabajo, su contribución al PIB madrileño, es innegable, como tampoco puede negarse que su presencia exige unas infraestructuras y equipamientos, y unos servicios que no pueden crearse a la misma velocidad del flujo inmigratorio. El tamaño de una ciudad puede ser proporcional a su nivel de vida, pero difícilmente a su calidad de vida. En las grandes ciudades se malgasta mucho tiempo en trasladarse. Igual ocurre en París, en Londres, y no digamos en Tokio, donde los problemas medioambientales se agravan al disponer apenas de un 20 % de zonas verdes, o de una gigantesca ciudad de Méjico, con veinte millones de habitantes.
La ciudad ideal no tiene porqué ser la más grande que, entre indudables ventajas, tiene el inconveniente de que los problemas también son más grandes. La solución es hacer de los barrios unas mini-ciudades, con todos los servicios necesarios para la calidad de vida de sus habitantes.