Arquitectura de alto rendimiento en busca de grandes ciudades

La pasada edición del MIPIM de Cannes contó con un invitado de excepción. El proyecto Hypergreen, que, con el sello del investigador galo Jacques Ferrier, y el respaldo de la multinacional de materiales de construcción Lafarge como patrocinadora, vistió sus mejores galas para presentarse en sociedad por primera vez.
Se trata de un rascacielos de 246 metros que, a pesar de su altura, genera la mayor parte de la energía que necesita para cubrir sus propias necesidades. El milagro lo consiguen las fuentes de energía renovables y los materiales de alto rendimiento con que será construido, en su mayoría prefabricados, y que podrán ser reciclados completamente, una vez que se acabe la vida útil del inmueble y se proceda a su desmontaje.
Una de las mayores ventajas que ofrece este proyecto es que la obra es más limpia, más segura y más rápida ya que, incluso la estructura de hormigón, es prefabricada. El ahorro en costes y tiempo es más que considerable, y al final del ciclo de vida del edificio sus componentes se pueden desmontar con relativa facilidad, lo que minimiza el impacto sobre el entorno. "La concepción de la estructura se basa en la separación entre la carga de la gravedad y la fuerza del viento", aseguran desde Lafarge. Las fachadas y sus componentes han sido diseñadas, con la intención de aprovechar al máximo la orientación del edificio. En el exterior, una fachada reticulada de hormigón Ductal, de especial resistencia, permite optimizar el paso natural de la luz y asegurar la estabilidad horizontal del inmueble.
La estructura interior, por su parte, se compone de paneles sueltos superpuestos, lo que permite que el espacio interno sea completamente flexible y adaptable a los distintos usos que puede albergar la torre. Bertrand Collomb, presidente de Lafarge, asegura que "este rascacielos multiusos emplea los últimos métodos de construcción y las más avanzadas tecnologías".
Este inmueble, concebido para grandes ciudades, aunque todavía no ha pasado del papel a la realidad, es la mejor prueba de que construcción y sostenibilidad no son términos contrapuestos, sino que, con esfuerzo y voluntad, pueden convivir y hacer que se reduzcan considerablemente los niveles de contaminación derivados de esta actividad. No podemos olvidar que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) sitúa alrededor del 40% el consumo de energía de los edificios, un porcentaje que se incrementará hasta el 45% en 2025. Con este contexto poco esperanzador, los directivos de Lafarge han decidido ponerse manos a la obra para cambiarle la cara al paisaje de cemento y ladrillo que nos ofrece el horizonte más próximo y han contraido un compromiso firme con la sostenibilidad. Prueba de ello es que la compañía gala lidera el proyecto "Eficiencia Energética en los Edificios", pionero en el mundo y que se está tratando de llevar a cabo con la colaboración del Consejo Mundial Empresarial para el Desarrollo Sostenible (WBCSD). El principal objetivo perseguido con esta iniciativa es encontrar medidas que fomenten que los edificios "verdes"y energéticamente autosuficientes, sean una alternativa y una solución rentable en el umbral de 2050.