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El estrés de Rafael Simancas

Dicen algunos que la locura anda detrás de muchas de las decisiones de nuestros políticos madrileños y de muchas de las situaciones que se producen en estos últimos tiempos, desde el inicio del curso político y parlamentario en esta Comunidad. Otros entran más en detalle y se refieren al estrés que padece el candidato del PSOE a la Presidencia de la Comunidad de Madrid, en los comicios de mayo de 2007, Rafael Simancas, ante tanta duda, incertidumbre y puesta en cuestión de su capacidad de liderazgo
al frente del Socialismo Madrileño, dada su sumisión y silencio ante las órdenes o des/órdenes del aparato de Ferraz.

Si damos crédito a lo que dice el diccionario sobre este palabro inglés ahora nacionalizado, “tensión provocada por situaciones agobiantes que originan reacciones psicosomáticas o trastornos psicológicos a veces graves”, es lógico y natural que el secretario general del PSM tenga problemas para conciliarse consigo mismo y tratar de entenderse.

Los primeros síntomas de esta enfermedad transitoria, o no, se dejaron ver cuando se enteró por la prensa de que Trinidad Jiménez dejaba de ser portavoz del partido en el Ayuntamiento de Madrid para irse a otro cargo, pero éste nacional.

La temperatura subió y surgieron las primeras alucinaciones, muy leves, por cierto, al darse cuenta de que él, el representante de todos los socialistas madrileños, pintaba muy poco en la designación del candidato al Ayuntamiento de Madrid. La enfermedad psicosomática se estabilizó al encontrar Simancas, él solo o en compañía de otros, la fórmula magnífica que le permitía salir bien de este dilema: decir que sabe quien es, pero que no lo hace público hasta que Zapatero decida la mejor fecha y el escenario ideal.

Estupendo, todo calculado y previsto. Pero surgen, las primeras reacciones internas a “tanto silencio”, como denunciaron los guerristas liderados por José Acosta, y algunos incluso se plantean levantar la voz para denunciar la nula participación de la militancia en todo este proceso que algunos llaman de primarias. ¡Que graciosos¡ La perversión del lenguaje nos invade, como a Simancas las dudas y las primeras reacciones ante su estrés.

No sólo salen los de Vallecas dando el cante sino que además se extiende el rumor de que Zapatero presiona a Bono para que acepte ser el sustituto de Trinidad Jiménez. Lo que faltaba, debió pensar Simancas, quien llegó a la conclusión de que si siguen ofreciendo el cargo es que no hay nadie todavía en el tintero de Zapatero. Mala suerte.

Puede aparecer alguien que pida a Simancas que escriba el nombre que le ha dicho Zapatero en una cuartilla, que esconda la hoja en un sobre, que lo cierre y no lo abra hasta que se conozca oficialmente el aspirante del PSOE a la Alcaldía de la capital. Ya veremos. Mientras, Simancas sigue obsesionado con Porto y Porta no aclara si pedirá el PSM una comisión de investigación sobre el golferío urbanístico.
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