Huelgas y colas

En medio de un calor sofocante, los madrileños han tenido que sufrir estos días dos graves inconvenientes, ambos relacionados con el transporte, que han puesto a prueba su capacidad de resistencia. Primero, la huelga de los pilotos de Iberia, con unas pretensiones imposibles de aceptar por la compañía y por cualquiera en su sano juicio, pero que ha supuesto que miles de viajeros se quedaran en tierra. De nuevo, los servicios mínimos son manifiestamente insuficientes, y de nuevo se pone de relieve la necesidad de una nueva regulación del derecho de huelga, que tiene que tener unos límites que hoy por hoy se rebasan con frecuencia. Conviene meditar sobre la situación de determinados colectivos que no sólo es de privilegio, sino que quieren perpetuarla por encima de la propia empresa. La creación por Iberia de una compañía de bajo coste viene exigida por un mercado cada vez más competitivo.
A estas molestias hay que añadir las que suponen para los automovilistas madrileños las colas en la Jefatura Provincial de Tráfico para la renovación del carné de conducir. Tráfico, tan diligente a la hora de establecer el carné por puntos, ha visto como la congestión de personas que tienen que renovar su permiso de conducir, precisamente para evitar la pérdida de puntos por este motivo, aumentaba de forma constante sin que los proyectos de abrir subsedes en Alcorcón y en Alcalá, se conviertan en realidad.
El problema se extiende a los exámenes para la obtención del carné. Los examinadores son insuficientes para el número de aspirantes a conductores. Aumenta la demanda, y los examinadores deberían ser el doble, según fuentes sindicales. Esto repercute negativamente en el usuario. Más grave, claro, es el caso de Iberia. Muchos usuarios forzosos del avión seguirán suspirando por la llegada del AVE a Barcelona y Valencia. En el primer caso, las previsiones iniciales para la terminación, han saltado por los aires, y el retraso es de varios años, sin que a estas alturas sepamos cuándo se va a poner en servicio un tren de alta velocidad que será una alternativa muy competitiva a la actual oferta aérea.