Caruana sirve de conciencia a la banca

Las entidades financieras le han criticado por obstaculizar el crecimiento del crédito concedido a las familias con sus advertencias, pero él se ha mantenido firme y no ha dejado de alertar sobre lo que considera un problema estructural. Recientemente ha insistido en que el mercado inmobiliario en España se encuentra sobrevalorado entre un 24% y un 35%, en un documento de análisis, el único que la institución ha publicado con su firma durante su mandato.

En su opinión, las entidades financieras no tendrán que enfrentarse a problemas serios, pero los riesgos serán más acusados para un “sector de familias vulnerables”. Según su parecer, “nada amenaza más la estabilidad financiera que la ceguera ante los riesgos”. El documento indica que los precios de la vivienda ya sufrieron una corrección a la baja en el primer lustro de los años 90, y que la dependencia respecto a los bienes inmuebles es excesiva. El nivel de endeudamiento sobre la renta disponible de las familias se ha duplicado entre mediados de los 90 y el año 2004, hasta superar el 100%, principalmente como consecuencia de los préstamos destinados a comprar casa. La consecuencia directa de la situación es la retracción del ahorro familiar hasta rozar la tasa cero. Por último, Caruana concluye que “el crecimiento de los créditos y el de los precios de la vivienda no se puede sostener indefinidamente, y en algún momento debe haber una corrección, que tendrá peores efectos cuanto más tarde se produzca”.

Ante esta situación, el gobernador del Banco de España vuelve a recomendar prudencia a las entidades financieras para que no se tomen a la ligera la concesión de créditos.

Estas declaraciones de Caruana están en la misma línea que las recogidas en el último informe publicado por Alan Greenspan, el segundo firmado por el presidente de la Reserva Federal estadounidense en sus 18 años de mandato, en el que reflexiona sobre los vínculos existentes entre el sector inmobiliario y la política monetaria.

El BBVA, en su último estudio sobre la situación inmobiliaria indica que el esfuerzo neto para comprar una vivienda está creciendo. De acuerdo con los cálculos de la entidad vasca, los ingresos ponderados de los hogares (la media de trabajadores por hogar supera los 1,5), se han incrementado notablemente en los últimos años, pero la deuda financiera a la que han de hacer frente también ha crecido, lo que deja a las arcas domésticas en una situación de debilidad ante un repunte más decidido de los tipos de interés.