Embajadores y Lavapies

En el barrio hay más de 800 comercios. En los últimos años ha sufrido una invasión de locales regentados por población oriental, que más que comercios, son almacenes y que no tienen sentido en un barrio estrecho y complicado como éste. Deberían situarse en polígonos industriales, no en el centro de la ciudad. La carga y descarga de camiones llega a colapsar la circulación, mientras las basuras y los desechos se multiplican. La célebre estatua de Cascorro se ha convertido en un basurero. Y la solución adoptada por el Consistorio mucho me temo que no va a resolver el problema, porque no va a acabar con los almacenes orientales, y en consecuencia con el tráfico, ni con las basuras. Se dice que se va a construir un muelle de carga y descarga de mercancías, en la Plaza de Campillo del Mundo Nuevo. ¿Van a ir allí los orientales? Soy escéptico. Tengo motivos para serlo. Hace unos cuantos meses, tras una inspección que parece no ha tenido continuidad, se detectó que había comercios chinos que carecían de los consiguientes permisos para ejercer su actividad. Pues bien, siguen trabajando como si tal cosa. Los trámites burocráticos van lentos y la instalación de establecimientos ilegales es más rápida.

Mientras no se decida que el barrio es comercial, y no industrial, el deterioro va a continuar. Los locales tradicionales cerrarán para dar paso a almacenes de prendas de confección. Los vecinos tienen derecho a pasear con tranquilidad, a no caminar sobre basuras, a no contemplar como se deteriora la convivencia. Las medidas anunciadas por el Ayuntamiento no creo que resuelvan el problema. Pero lo menos que puede pedirse es que la legalidad se cumpla.