Ricardo Ibañez
La banca da alas a las rentas bajas
Sa situación actual, marcada por la solidez de la economía y el empleo, por unos tipos de interés del 2%, un sistema financiero con una eficacia sin precedentes, y un clima de confianza favorable por parte de los consumidores, hace que España viva uno de los momentos más prósperos de los últimos años.
Como consecuencia de ello, tenemos más oferta inmobiliaria de la que deberíamos, pero los tiempos han cambiado y no todo se vende. Ha bajado el ritmo de ventas lo que demuestra que los consumidores se lo piensan cada vez más.
El sector bancario no tiene más remedio que adaptarse a los cambios. Ya no basta con esperar sentados a que entren clientes en la sucursal, sino que hay que salir a buscarlos. Además se ven obligados a diferir rentas futuras, aunque el límite está en la duración del préstamo. Llegados a un punto en el que no se pueden esperar recortes en los precios de la vivienda, y puesto que el sector inmobiliario y el bancario siempre han ido de la mano, han tenido que ser los bancos los que se pongan las pilas para poder buscar la reentrada de las rentas más bajas o con menos recursos. Atrás quedan las hipotecas a quince años, ahora las habituales son a treinta o cuarenta, e incluso alguna entidad ofrece hasta los cincuenta y dos.
Los promotores deberían pensar un poco más en invertir en publicidad y promoción, en estrategias de marketing eficaz, o en introducir viviendas en portales inmobiliarios bien posicionados y actualizados para ofrecer una oferta real. Las aplicaciones informáticas de gestión comercial actúan como herramientas muy valiosas para trabajar con la información relevante de los potenciales clientes de las promotoras. Estos factores, unidos al servicio posterior de gestión de las incidencias o problemas que puedan surgir en la propia promoción, permiten saber cuál es el grado de calidad exigido por la promotora, y nos da una idea de la situación actual del sector inmobiliario nacional.
El sector inmobiliario y el bancario, y en última instancia el Gobierno, son los que deben ocuparse de favorecer que el sector siga teniendo el ritmo de ventas esperado. No podemos olvidar que estos segmentos de actividad son el motor de nuestra economía y que una corrección del 10% en el precio de la vivienda nueva, haría que el PIB se viera reducido en unas 8 décimas.
Por otra parte, las rentas más bajas sólo pueden soñar con pisos de uno o dos dormitorios, motivo por el que las promotoras apuestan por la construcción de viviendas protegidas, lo que hace que surjan nuevos modelos de negocio especializados en esta área, o bien filiales especializadas en ese objetivo.
Otra de las apuestas importantes son las orientadas a reducir los metros construidos, llegando a ofrecer viviendas de 35-40 metros cuadrados destinadas a cubrir, de manera eventual, la demanda de quienes buscan su primera vivienda y prefieren evitar la vivienda en alquiler. Esta última, es otra de las soluciones que, poco a poco, se va desarrollando y tomando un gran auge entre las promotoras, que encuentran en este sector, el del patrimonio, un buen negocio. Tampoco debe desdeñarse el mercado de los residentes extranjeros, quienes demandan viviendas en propiedad y proporcionan un mercado con una alta proyección.
Como conclusión podemos afirmar que sector está en un momento excelente, en el que es muy probable que se produzcan movimientos corporativos, y en el que hay que apostar inequívocamente por la calidad y la tecnología.