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Constructoras: Los poderes fácticos de las cinco grandes

lunes 20 de octubre de 2014, 14:42h
Constructoras: Los poderes fácticos de las cinco grandes
El negocio de la construcción se lo reparten las cinco grandes. Poco hueco hay para las demás, a pesar de lo atomizado del sector. La necesidad de ganar tamaño para evitar presencias hostiles ha obligado a los grandes grupos a crecer a través de la diversificación de negocios. El escenario del sector se presenta tranquilo no tanto por falta de ganas, sino por los blindajes que ha creado cada grupo con la intención de esquivar intenciones voraces.
ACS: más Florentino, menos Albertos y menos March
En ACS mandan Florentino Pérez y sus hombres, que han ocupado las parcelas de poder del grupo, incluso las que se repartieron cuando absorbió Dragados, cuyos ejecutivos han encontrado acomodo en otras grandes del sector, principalmente en Sacyr Vallahermoso.

Florentino Pérez dice a menudo que no confía en los empresarios que no se juegan su dinero. Y él se lo juega. Llegó a tener alrededor de un 10% de ACS que, tras la fusión con Dragados, quedó reducido al 5% del grupo. Desde entonces, fiel a su compromiso personal, ha aumentado su partipación sin prisa, pero sin pausa. A través de su sociedad patrimonial Inversiones Vesan ya controla un 6,8% de ACS que, sumado a las acciones referenciadas a planes de stock options, eleva el porcentaje por encima del 7%. Su intención es recuperar el 10%.

Florentino es quien más manda en ACS, pero no es quien más tiene. Los March, a través de Corporación Financiera Alba, han aumentado su paquete hasta el 16,03%. Los Albertos mantienen el 10,17% a través de Corporación Financiera Alcor e Imvernelin Patrimonio, pero su papel se ve mermado al de meros inversores.

FCC: Esther Koplowitz afianza su control
Esther Koplowitz ha salvado con inteligencia los intentos de Acciona de quitarle el suelo bajo los pies. Su posición accionarial ha salido reforzada y se ha incrementado su control sobre el grupo gracias a un acuerdo, muy favorable, con un grupo de inversores, entre los que figuran los García-Baquero, los Peugeot e Ibersuizas
El principal accionista de FCC sigue siendo B-1998, la sociedad patrimonial creada por Alicia y Esther Koplowitz para colocar sus respectivos paquetes accionariales. La venta de Alicia a Vivendi dejó a Esther con una mínima ventaja, que ahora vuelve a ser desahogada, puesto que cuenta con el 54,6% de la patrimonial. Además, ha alcanzado pactos con el resto de accionistas por los que toda venta tendrá que contar con su beneplácito, y se reserva un derecho preferente de compra. Acciona pierde, aunque los Entrecanales son los segundos accionistas, con el 15,05%.

El grupo ha cambiado por dentro. Rafael Montes, de absoluta confianza de las hermanas, ejerce la presidencia ejecutiva, y gana protagonismo Fernando Falcó, marido de Esther, que se ha convertido en un poder fáctico.

Ferrovial: todo un ejemplo de apuesta por la gestión
Ferrovial no ha necesitado participar en los procesos de concentración que han sacudido al sector para crecer en tamaño y en resultados. Es el grupo que presenta la mejor relación entre resultados y volumen de negocio, lo que demuestra que el tamaño no va ligado necesariamente a la eficacia gestora y que se puede ganar más con menos negocio.

Desde que adquirió Agromán, la constructora de la Corporación Banesto de Mario Conde, no ha vuelto a crecer por la vía de la integración. Su estrategia es aprovechar las oportunidades que se presentan, centrándose en concesiones de infraestructuras y servicios. Cabe destacar la acertada evolución de su filial Cintra, que se ha convertido en uno de los principales pilares del grupo.

El control accionarial del grupo se mantiene en manos de los fundadores: la familia Del Pino. A través de las patrimoniales Portman Baela (40,53%) y Casa Grande de Cartagena (17,77%) controlan casi el 60%. En esa sociedad, junto al patriarca, están los cinco hermanos Del Pino y Calvo-Sotelo, pero quien manda en el grupo es Rafael, que ha demostrado ser digno sucesor de su padre.

Acciona: nuevas generaciones, nuevo negocio
Acciona ha procedido ya al relevo generacional con la toma del poder ejecutivo por José Manuel Entrecanales Domecq como presidente y su primo, Juan Ignacio Entrecanales Franco como lugarteniente. El relevo se ha dejado notar desde los primeros días. El nuevo presidente del grupo quiso dejar claro que no está sólo hay por ser el hijo de, sino que tiene un proyecto y una estrategia y que va a aplicarlos.

Suya fue la decisión de intentar el asalto a FCC. Y suya fue también la decisión de congelar ese intento, una vez que Esther Koplowitz consiguió zafarse a través de una nueva mayoría propiciada por la compra del paquete de su socio Vivendi en B-1998. Entrecanales Domecq se retira, pero no abandona, y mantiene el 15,05% de FCC, por si acaso.

Como tiene liquidez suficiente para eso y para más, por las plusvalías que le reportó la venta de su paquete accionarial en Vodafone, el siguiente paso fue la OPA a la compañía australiana de energía eólica Pacific Hydro, que tampoco llegó a buen puerto. Esa operación da pistas de la nueva estrategia: más servicios, más energías renovables, para hacer crecer los beneficios, y menos cemento y ladrillos. El grupo sigue en manos de la familia que controla el 59,5% de las acciones.

OHL: Villar-Mir mantiene su "espacio"
Juan Miguel Villar-Mir se encuentra cómodo en la quinta posición del ránking sectorial que ocupa. La constructora se ha formado con los retazos de otras que no supieron aguantar los embates de los ciclos del sector o sucumbieron a los efectos de las tangentes, cómo en el caso de la Huarte vinculada a Luis Roldán.

Desde que sumó las tres siglas que hoy forman su grupo no se le ha visto ni adivinado conato alguno de seguir sumando. Se encuentra cómodo en esa quinta posición y ganando tamaño a través del negocio concesionario de autopistas y con la actividad inmobiliaria que concentra a través de Espacio, empresa cuyo buque insignia es una de las cuatro torres que se levantará en la antigua ciudad deportiva del Real Madrid.

Accionarialmente, Villar-Mir aglutina cerca de la mitad de OHL, a través de su grupo de empresas, de la Inmobiliaria Espacio y de Espacio Activos Financieros. Este porcentaje supone el mejor blindaje contra nuevos intentos de aumentar la concentración en el sector. Le sigue la familia Gómez Sáinz, propietaria de la inmobiliaria Hidafa que acaba de elevar su participación del 9,72% al 13,40% con la compra de 3,3 millones de títulos.

Mayor presencia de Sacyr que de Vallehermoso
Sacyr ha pasado de ser una constructora pura a convertirse en un grupo constructor y de servicios con una importante actividad inmobiliaria, gracias a Vallehermoso. De hecho, fue la compra de la inmobiliaria al Santander Central Hispano lo que provocó el giro estratégico de los fundadores de la constructura, directivos procedentes de Ferrovial.

Precisamente, son los fundadores quienes mantienen el control. El principal accionista del grupo es su presidente, Luis del Rivero (12,75%). Le sigue quien lo fuera, José Manuel Loureda, con un porcentaje mínimamente inferior. Los otros accionistas de referencia son Juan Abelló, a través de Torreal; el consejero delegado, Manuel Manrique, y Demetrio Carceller, dueño de las cervezas Damm.

En una estrategia contraria a la de Loureda, Luis del Rivero ha sacado a Sacyr de la discreción. Le dio la vicepresidencia a Abelló, sabedor de sus buenas relaciones con el Gobierno de Aznar. Intentó comprar el 5% del BBVA, en una operación que tenía por objetivo la cabeza de Francisco González. Ahora, Luis del Rivero ha retrocedido a posiciones menos expuestas. Este tipo de fracasos tienen un precio.

Metrovacesa, núcleo duro alrededor de Rivero
El reparto de poder en Metrovacesa no coincide con el reparto accionarial. Quien manda en la primera compañía inmobiliaria española y segunda europea es Joaquín Rivero, el hombre que ha ascendido a la cúspide del sector a base de comerse peces grandes con un pez pequeño llamado Bami. Primero, la inmobiliaria Zabálburu, tras competir con Tabacalera. Después, con la toma de control de Metrovacesa, después de imponerse a Ferrovial en la compra de la participación del BBVA.

Rivero es propietario del paquete más pequeño de los principales accionistas con sillón en el consejo de administración, con algo menos de un millón y medio de acciones, equivalentes al 2%. El principal accionista de Metrovacesa es Román Sanahuja (12,6%). Tras él está el fondo de pensiones de las enfermeras holandesas PGGM, con un 8,6%, que jugó un importante papel en la fallida OPA hostil de Caltagirone. Además, destaca la presencia en el accionariado del promotor andaluz Luis Portillo, que acapara un 5,66% a través de Expo-An. Todos forman un núcleo duro alrededor de Rivero, quien les ha llenado los bolsillos con la revalorización bursátil.

Fadesa no pierde el acento gallego de su presidente
Ni su salida a Bolsa ni su salida al extranjero han hecho perder a Fadesa el fuerte acento gallego que le imprime su presidente. Manuel Jove Capellán, fundador de la compañía, sigue manteniendo un férreo control sobre Fadesa, aunque cada vez delega más la gestión en sus hijos, Felipa y Manuel.

La salida a bolsa ha reordenado la estructura accionarial, pero no el reparto de poder. Manuel Jove controlaba antes un 71,8%, y ahora un 54,28%. Esta mayoría accionarial se canaliza a través de tres sociedades: Inversiones Frieira; Frieira Gestión de Inversiones y la SICAV Doniños de Inversiones.

Los hijos tienen una participación simbólica, por lo que el segundo gran inversor es Modesto Rodríguez Blanco, que a través de la sociedad Fincas del Noroeste, posee un 3,5%, la mitad de lo que tenía antes de la salida a Bolsa. José María Castellano, ex consejero delegado de Inditex y Josefa Ortega (hermana del fundador de Inditex, Amancio Ortega) vendieron entonces el 5% de Fadesa que se repartían a través de la sociedad Artinver. El último movimiento de calado se produjo en diciembre, cuando Invergestión vendió su 3% a Caja España.

Colonial concentra poderes
El presidente de La Caixa, Ricard Fonernsa, quiere dar un giro a la estrategia inversora de la entidad, que concentra la mayor cartera industrial española. Tiene previsto vender su participación en negocios no estratégicos para centrarse en las empresas de infraestructuras y servicios, principalmente en Gas Natural, Aguas de Barcelona, Repsol YPF, Telefónica y, ahora, en el sector eléctrico con el asalto a Endesa.

La Caixa controla un 47,9% de Colonial, ahora presidida por Alfonso Cortina. Fornesa no ha dicho nada sobre esta participación, pero está claro que la inmobiliaria no es estratégica, porque su aportación al negocio bancario a través de las hipotecas es escasa.

No sorprende por tanto, la cesión de una parte de su participación en Colonial a Mutua Madrileña, que intercambia el 10% de la empresa por siete edificios de oficinas en Madrid. José María Ramírez Pomatta, el presidente de La Mutua gana espacio en el escenario empresarial y, de paso, se busca un aliado de lujo para el futuro: la Caixa, como antes buscó al Banco Santander o a Repsol, con quien comparte el accionariado de Autoclub Repsol. El otro accionista de referencia de Colonial es PGGM, el fondo de pensiones de funcionarios holandeses, controla el 5,57%.

Botín se siente a gusto con Urbis
Quien manda en Urbis no es Ana Patricia Botín, presidenta de Banesto, a pesar de que el banco que preside controla un 50,58% de la inmobiliaria. Quien manda en Urbis es su padre, Emilio Botín, porque el Banco Santander controla un 51,32% de Urbis, a través de la participación de Banesto y de una filial portuguesa, Banco Madesant, que posee el 0,7% del capital.

La inmobiliaria continúa siendo el objeto de deseo del mercado y candidata eterna a nuevos compras en el sector, pero Banesto la sigue considerando la joya de su corona empresarial. Lo es porque, en este caso sí, su intensa actividad de promoción residencial reporta un buen pedazo al negocio hipotecario del banco.

En Urbis también está ACS con un 20% que heredó de Dragados cuando la compañía tomó el control del grupo constructor después de comprar su participación, precisamente, al Santander Central Hispano. Florentino no ha movido ficha en Urbis, ni para bien ni para mal. Mantiene ese paquete accionarial que le reporta jugosos beneficios, pero no manda ni quiere mandar, sólo deja hacer a Antonio Trueba y Luis María Arredondo, un tándem que, desde la más absoluta discreción cada año desde hace diez ofrece uno de los balances más solventes del sector.
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