'Adoptar un pueblo'

Una bonita idea que, de encontrar el apoyo necesario, podría suponer un primer paso en el camino al desarrollo y a la autonomía económica y productiva que necesitan estos países.

La idea supone un alto grado de compromiso por parte de los empresarios que se involucren en esta ‘aventura solidaria’, porque deberán ayudar al pueblo que ‘adopten’ de forma particular e individualizada. No valen soluciones generales para problemas particulares, dice Salas. O dicho de otro modo, no sirve limpiar nuestras conciencias rascándonos el bolsillo de vez en cuando, el Día de la Cruz Roja, o en los famosos maratones televisivos para recaudar dinero -y, de paso, audiencia- para la última tragedia ocurrida allende los mares.

Hay que enseñar a los pueblos a ser autosuficientes, a ser productivos, a crear riqueza. Para conseguirlo, hay que contar con buenos líderes, que piensen en su pueblo, y no en llenarse los bolsillos a costa de las ayudas internacionales. Acaban de condonarse las deudas de varios países del llamado “Tercer Mundo” (hasta el nombre implica connotaciones peyorativas), pero no se trata sólo de eso… Como por arte de magia, la deuda ha desaparecido, una deuda que los pueblos no han visto jamás, ni saben cómo se ha contraído, porque a ellos no les ha llegado nada de ese dinero que, se suponía, iba a solucionarles parte de sus problemas...

En España estamos asustados porque se nos ‘cierra el grifo’ de los Fondos Europeos, pero hay que pensar que, en estos veinte años de pertenencia a la UE (antes CEE), hemos crecido a todos los niveles y nos hemos convertido en una potencia. Quizá sea el momento de ofrecer esa misma oportunidad a otros…