La falta de acuerdo bloquea el proyecto del auditorio de Vitoria

Garbiñe Esteban
Vitoria

El Palacio de la Música de Vitoria todavía no ha comenzado a construirse, pero ya tiene una dilatada historia. Lo malo de la misma es que no parece tener un desenlace cercano, y aunque ya hay proyecto urbanístico formal, toda la oposición lo rechaza, y el propio Gobierno vasco no lo ve con buenos ojos. En esta situación de bloqueo, el alcalde, Alfonso Alonso, se plantea la posibilidad de empezar desde cero en este ambicioso proyecto, a pesar del tiempo y el dinero invertidos.

Dos son los principales problemas que han originado esta situación. Por un lado, la ubicación, que no convence a los partidos de la oposición por tratarse de un solar con poco espacio y por necesitar una recalificación urbanística que tampoco están dispuestos a aceptar. Por otra parte, los agentes implicados prefieren un edificio multiusos, al estilo de los palacios de San Sebastián y Bilbao, que tan buenos resultados están obteniendo.

El presupuesto que se baraja tampoco gusta a los implicados, pero lo más inquietante es que esta situación se da después de que en junio de 2002 se fallara el concurso público a favor del prestigioso arquitecto Juan Navarro Baldeweg, que se imponía a los diseños de los suizos Herzog y De Meuron y al de Vázquez Consuegra.

En noviembre de ese mismo año se firmaba el contrato y el arquitecto comenzaba a trabajar en el proyecto con unos honorarios de 2,70 millones de euros. Después de varios ajustes solicitados desde Vitoria, el pasado mes de julio se entregaba el proyecto con un presupuesto muy superior al previsto inicialmente. Se habla de una cifra que ronda los 77 millones de euros. Sin embargo, en los presupuestos del Gobierno vasco para infraestructuras culturales 2004-2007, no se destina ni un euro para el auditorio.

El Ejecutivo regional supedita su apoyo al consenso en el Ayuntamiento. Mientras tanto, la ciudad continúa sin un equipamiento que reclaman diferentes agentes sociales desde hace mucho tiempo.