Un pasito para adelante, un pasito para atrás

Este estribillo marca perfectamente la actuación de María Antonia Trujillo al frente del Ministerio de la Vivienda y de la política que desarrolla, o al menos dice desarrollar. Si un día anuncia la supresión de las estadísticas, al día siguiente su departamento publica los precios de la vivienda. Al anuncio de un Plan de Vivienda para el año próximo, le sucede su aplazamiento para el año siguiente. Por no hablar de los primeros meses de Gobierno en los que se anunció y se retrasó el esperado Plan de Choque por la Vivienda.

La ministra no parece tener claro lo que hacer en un Ministerio del que se cuestiona hasta su propia existencia, pues las competencias en esta materia las tienen principalmente los ayuntamientos y las comunidades autónomas. En menos de seis meses ha cesado al subsecretario de Vivienda, Javier Mauleón, el cual le había presentado en varias ocasiones su dimisión por evidentes discrepancias. El programa del Partido Socialista tenía como uno de sus puntales la política de vivienda pero, por el momento, no se perciben ni se aprecian unas líneas claras de actuación y se ha convertido en uno de los mayores quebraderos de cabeza del Gobierno de Zapatero. Raro es el día en el que no aparece en los medios de comunicación la ministra con un anuncio que no deja indiferente a los colectivos implicados en el sector inmobiliario.

Una de las primeras peticiones que le hicieron los profesionales y empresarios inmobiliarios al nuevo Gobierno tras su toma de posesión, es que tuviera cuidado con los anuncios a realizar porque podrían generar incertidumbre y llevar a la crisis a un sector que ha sido vital para el crecimiento y desarrollo de la economía en España. Pero, lejos de seguir este consejo, desde el Ministerio de Vivienda se han lanzado mensajes que pueden llegar a ralentizar la producción del sector.

Zapatero debe tomar el toro por los cuernos y sentar las bases de una política de vivienda que beneficie a un sector tan importante.