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El impacto de Kioto podría tener un sobrecoste de 16 millones anuales

El consumo de cemento crece un 3,8% entre enero y septiembre

lunes 20 de octubre de 2014, 14:42h
El consumo de cemento alcanzó los 36,2 millones de toneladas en los nueve primeros meses del año, lo que significa un crecimiento del 3,8% respecto al mismo período de 2003, según los datos anunciados hoy por el presidente de la Agrupación de Fabricantes de Cemento de España (Oficemen), Manuel Melgar.
En un encuentro con la prensa, Melgar explicó que en los últimos doce meses el consumo superó los 47,5 millones de toneladas, un 4,2% más en términos interanuales. Para el cierre de 2004, Oficemen prevé que el consumo supere los 47 millones de toneladas, lo que supone un ligero incremento respecto a los 46,2 millones de 2003.

Los mayores crecimientos de consumo de cemento en el período de enero a septiembre se observaron en el Sur y el Levante, con incrementos del 13,5 y el 5,2%, respectivamente, debido a las inversiones en segunda residencia.

Por otra parte, la producción de cemento de la fábricas españolas creció un 4,3%, alcanzando los 34,8 millones de toneladas. Las importaciones de cemento y clinker bajaron un 1,9%, hasta 5,9 millones de toneladas, mientras que las exportaciones sumaron un millón de toneladas, con una subida del 12,7%.

El sector está a la espera de la asignación individual de derechos de emisión de CO2 por parte del Gobierno. A este respecto, la patronal expresó su preocupación por la pérdida de competitividad que pueden sufrir las cementeras españolas frente a los países de la Unión Europea que han recibido un "tratamiento más favorable" en el reparto de emisiones y los países extracomunitarios que no se han adherido a Kioto.

"Es muy difícil competir con los países que no tengan ese coste", manifestó Melgar, que añadió que "lo que el sector defiende es tener los derechos de emisión suficientes para mantener su actividad". Para el momento en que se reduzca el consumo de cemento, la intención de las empresas españolas es eliminar la importación.

El presidente de Oficemen insistió en que el cementero es un sector "sensible, muy comprometido con las políticas medioambientales" y apuntó que el protocolo de Kioto le afecta especialmente dado que utiliza de forma intensiva el CO2, en dos ámbitos: el proceso, en el que es imposible reducirlo, y la combustión, que permite "muy poca reducción".

El director general de la patronal, Rafael Fernández, recordó que el sector cementero tiene asignadas unas emisiones de 27,25 millones de toneladas para el sector instalado y de 1,25 millones de toneladas para ampliaciones y nuevos entrantes, mientras que su petición al Gobierno era superior, de 30,1 millones de toneladas.

Este déficit de 1,6 millones de toneladas supondría aproximadamente un coste adicional anual de 16 millones de euros para las cementeras, dado que en los mercados de futuros el derecho de emisión por tonelada se cotiza a 10 euros. La duda es si las compañías repercutirán este sobrecoste en sus precios.

En cuanto al impacto que puede tener la escalada de la cotización del petróleo en el sector, el director general de la patronal matizó que las cementeras no consumen directamente productos ligados al precio del crudo y que el aumento de sus costes en combustible se debe a la escasez en el mercado y al incremento de los fletes.
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