El pragmatismo de Aguirre

Ante el anuncio de que Nissan tiene previsto trasladar su fábrica de Cuatro Vientos a Barcelona en 2006, Aguirre ha dicho que no va a impedirlo “porque una región que pone barreras de salida a las empresas, en el fondo lo que está poniendo son barreras de entrada”.

Frente a esta decisión de traslado hay otra contraria: la de Samsung, que va a pasar su fábrica de Barcelona a Madrid. Y ante las lógicas demandas sindicales, que pretenden el mantenimiento de los puestos de trabajo, y las ayudas públicas cuando las empresas entran en crisis, la tesis de la presidenta madrileña es que mantener los puestos de trabajo artificialmente en una empresa no es función del Gobierno, y que el dinero público es mejor emplearlo en otros servicios, como los educativos y sanitarios.

Aguirre está demostrando actuar con mentalidad empresarial. Es quizás, en este sentido, la Presidenta regional que más comprende y alienta a los empresarios. Por ello es natural que ellos estén encantados con ella, y que la sintonía que existió cuando Alberto Ruiz-Gallardón ocupaba la presidencia no sólo ha continuado, sino que ha mejorado, si cabe, en esta nueva etapa. Los empresarios saben que, para desarrollar su actividad en las mejores condiciones de competitividad, la comprensión y la colaboración del Gobierno regional es fundamental. Si Madrid ha crecido más que otras regiones en los últimos años se debe, principalmente, además de al esfuerzo empresarial, a una política económica adecuada por parte de la Administración, y a una actitud comprensiva y colaboradora de los sindicatos. Si estos factores siguen actuando de forma conjunta, la senda de crecimiento emprendido podrá continuar.