Ninguno de ellos puede vender acciones sin ofrecérselas antes a sus parientes
Cementos Molins está controlada por 19 miembros de la familia del fundador
lunes 20 de octubre de 2014, 14:42h
El aumento del número de miembros en la familia Molins, propietaria de la cementera que lleva su nombre, ha obligado a casi una veintena de ellos a firmar un nuevo convenio de sindicación de acciones -el primero se firmó en septiembre de 1988-. Las tres ramas familiares, Molins López Rodó, Molins Amat y Molins Gil, se enfrentan ahora a un futuro incierto por la venta del 40,9% que Lafarge Asland tiene en la compañía catalana.
Rafael Gómez Parra.
Madrid
La cuarta generación de la familia Molins está a punto de hacerse con la dirección de una de las tres cementeras más importantes de España, Cementos Molins, que nació en el año 1928 de la mano de Joaquim Molins Figueras. Entre los descendientes se encuentra, Joaquim Molins Amat, el ex portavoz de CiU en el Congreso de los Diputados y ex consejero de Política Territorial de la Generalitat.
Una familia que aumenta.- El crecimiento de la familia Molins ha obligado a 19 de sus miembros a firmar, el pasado 15 de diciembre, un nuevo convenio de sindicación de las acciones que poseen históricamente en el grupo empresarial y que suponen el 55,54% del capital, frente al 40,9% que posee la multinacional francesa Lafarge Asland. Esta última anunció, a finales del año pasado, que ponía a la venta su parte en una operación que se llevará a cabo mediante una oferta que lanzará Cementos Molins sobre sus propias acciones y que se ejecutará en el primer semestre de 2004. Esto ha añadido un punto de incertidumbre sobre el futuro de la cementera española, que hasta ahora ha conseguido mantener su independencia como empresa familiar frente a los grandes trusts.
El primer pacto familiar de los Molins data de septiembre de 1988, cuando los nietos del fundador, los Molins López Rodó, los Molins Gil y los Molins Amat, se hicieron cargo de la empresa. El convenio de sindicación se renovó a los diez años, poco antes de que las acciones de la sociedad comenzaran a cotizar en la Bolsa de Madrid.
El nuevo convenio, suscrito el 15 de diciembre, ha sido firmado por 19 herederos del fundador, que son en la actualidad detentadores de acciones a nivel personal, las menos, o a través de sociedades inversoras. En total 5.947.885 títulos que les dan la mayoría del capital social.
La familia se divide actualmente en tres ramas bien diferenciadas: la primera, formada por los Molins López Rodó, descendientes de Casimiro Molins Ribot, el único hijo del fundador vivo, que detenta 2.247.221 acciones, en su mayor parte a través de dos sociedades: Otinix e Inversora Pedralbes. Esta rama tiene una amplia descendencia en los Molins Ayuso, Benavent y Mateu.
La segunda rama familiar es la formada por la viuda del segundo hijo del fundador, Juana Gil Santos, y sus descendientes, Joaquim María y Marta Molins Gil. Tiene integradas su acciones en Cartera de Inversiones CM SA. La tercera rama, la de los Molins Amat, es la más numerosa: nueve nietos, agrupados en Noumea SA.
El sindicato familiar está formado por la asamblea de los 19 accionistas, que se reúnen el primer martes de cada mes de mayo a las cinco de la tarde (o al día siguiente a la misma hora, en segunda convocatoria), para tratar juntos las decisiones que vayan a tomar los consejeros de Cementos Molins y que forman parte de la misma familia. Los asuntos tienen que obtener el 80% de los votos sindicados para ser aprobados.
El secretariado de los Molins está formado por tres miembros, uno por cada rama familiar. El actual presidente es Casimiro Molins Ribot, el decano del clan, con Joaquim Molins Gil como vocal y Jorge Molins Amat de secretario. Ningún miembro del sindicato puede vender sus acciones sin ofrecérselas antes a los demás componentes de la familia.
Buenos resultados.- Cementos Molins obtuvo un beneficio neto atribuido de 63,99 millones de euros en los nueve primeros meses de 2003, con un incremento del 15,35% respecto a un año antes. La cifra de negocio de la compañía catalana creció un 3% entre enero y septiembre, hasta sumar 366,92 millones.