El sector riojano genera una media de 0,5 toneladas al año por habitante
Medio Ambiente insta a las constructoras riojanas a adoptar sistemas de gestión y reciclaje de residuos
lunes 20 de octubre de 2014, 14:42h
Paradojas del progreso: la construcción, la locomotora más vigorosa del desarrollo económico, es una de las que más residuos genera. Las cifras oficiales son sólo orientativas -una tonelada anual de desechos de demolición por persona en España que en La Rioja se queda en la mitad- pero lo suficientemente ilustrativas. El sector y la Administración se han conjurado para que ambos impactos (el económico y el medioambiental) no se devoren mutuamente.
Hacia ese horizonte miran jornadas como la celebrada ayer en la Fer por la Asociación de Empresarios de Construcción, Promoción y Afines de La Rioja (CPAR) y la Confederación Nacional de la Construcción (CNC).
La titular de Turismo, Medio Ambiente y Política Territorial, Aránzazu Vallejo, fue la encargada de inaugurar la sesión lanzando un mensaje de sensibilización: «Igual que se ha ordenado el mapa de los residuos sólidos urbanos en La Rioja, queda pendiente solucionar el de los desechos industriales». La solución, según Vallejo, debe nacer desde las propias empresas concienciándose sobre la adopción de sistemas de gestión, separación y reciclaje de los residuos que producen. La consejera envolvió la recomendación con un apunte extra: el de las expectativas de negocio que puede generar la implantación de estos procedimientos. Una circunstancia a la que se suma el beneficio que puede crear la valoración de los residuos de la construcción. Por el momento, en la Comunidad existen cerca de viente firmas dedicadas a la gestión y recuperación de esta clase de desechos.
Armonización
El camino parece claro, pero los obstáculos también acechan. El más acuciante es el que lleva implícita la propia actividad económica, sometida al rigor de los contratos. A ese respecto, Vallejo adhirió a su sugerencia la confianza «en poder armonizar los compromisos de plazo y de precio que tienen las constructoras con el valor añadido que tiene el cuidado medioambiental».
Otra de las trabas reside en la propia distribución geográfica de la región. «No es lo mismo la recogida de residuos en Logroño y las cabeceras de comarca que en las poblaciones de la Sierra», recordó. El esquema cambia y las actuaciones que se requieren también. Eso sí, la solución debe brotar desde el sector.