Este año, de transición, prevén perder 35 millones
Los Serratosa reinventan
Uralita para volver a beneficios
lunes 20 de octubre de 2014, 14:42h
El ‘aterrizaje’ de la familia Serratosa en el accionariado de Uralita ha dado un giro de 180 grados en la política empresarial que hasta el momento había llevado la compañía fabricante de materiales de construcción. El objetivo es devolver a Uralita a beneficios, pero este año se esperan pérdidas por valor de 35 millones de euros.
Luis M. Lianes
Madrid
El Plan Estratégico diseñado por el nuevo hombre fuerte de Uralita, Javier Serratosa, ya está en marcha. Y la primera medida ha sido la fusión por integración de su filial química Energías e Industrias Aragonesas, a pesar de que anteriormente había declarado que ésta tenía difícil cabida en la nueva concepción del grupo empresarial.
Repartir en especie.- Ahora falta saber qué harán los Serratosa con Aragonesas, después de insistentes rumores en el sentido de que la idea era repartir los títulos entre los accionistas de Uralita, a modo de dividendo en especie, una fórmula que también ha planteado Telefónica con Antena 3 y que está muy de moda en el mundo financiero.
Lo cierto es que la absorción de Aragonesas por su matriz, que ya controlaba casi un 90% antes de la llegada de la familia Serratosa, supone un nuevo movimiento de fichas de su nuevo presidente, quien ha plasmado sus intenciones en el Plan Estratégico diseñado para el periodo 2004-2006. Las líneas maestras de dicho plan pasan por la optimización de las inversiones, la venta de participaciones en actividades no estratégicas y de activos inmobiliarios para aliviar la carga financiera del grupo y generar cash flow libre, condición indispensable para los Serratosa y en la que se basa el plan estratégico recién aprobado. Precisamente, el verdadero valor de Aragonesas para Uralita es su capacidad de generar cash flow.
Los primeros pasos ya se han dado, con la venta de dos filiales en pérdidas: Aiscondel Laminados y Sanitarios a American Standard, que han generado pérdidas contables de 16 millones de euros. El paso siguiente ha sido la venta de un terreno en Barcelona –Uralita posee activos inmobiliarios por valor de 50 millones de euros– cuya plusvalía ha ido destinada a las indemnizaciones por la reestructuración de plantilla contemplada en el plan de saneamiento.
Este plan, defendido por los Serratosa como única vía para alcanzar un nivel de costes competitivo y ajustado a la demanda y, por tanto, para devolver a la compañía a la senda del crecimiento sostenido y los beneficios recurrentes, contempla unas pérdidas próxima a los 35 millones de euros en el presente ejercicio. De momento, el primer semestre se ha cerrado con un resultado negativo de 28,77 millones, que contrasta con el beneficio de 10 millones logrado en el mismo periodo de 2002.
La reducción de costes por la vía del control obsesivo de las inversiones supondrá la ampliación de fábricas frente a la construcción de nuevas instalaciones, y la apuesta por países con mano de obra más barata. De hecho, tras la adquisición de Pfleiderer, lo primero que han hecho ha sido integrar las redes comerciales de la filial recién adquirida con las de Uralita y cerrar la fábrica de Francia para abrir una nueva en Rusia.
Nuevos horizontes.- El otro objetivo de los Serratosa es tomar una parte del pastel de la obra pública. Eso será posible al priorizar la actividad de obra mayor frente a la menor. En este sentido, la idea es crecer en el segmento de tuberías, para así poder participar en los planes Hidrológico y de Regadíos. Algo que no se consigue vendiendo tejas o pladur.