El gas radón es una sustancia radioactiva que no se nota en un primer contacto. De carácter incoloro, inodoro e insípido, nos encontramos ante un elemento que puede ser perjudicial para la salud y ante el que hay que poner soluciones. Presente en la corteza terrestre, resulta inevitable porque es un compuesto natural.
Concentrado en los edificios, con las cubiertas de alta tecnología se ha conseguido disminuir su volumen retirando los riesgos que supone para nuestro organismo. Y es que, si bien en la mayoría de las viviendas tiene una media muy baja, lo cierto es que nunca está demás poner ciertos límites.
¿Cómo podemos reducir la concentración de gas radón en nuestra vivienda?
Aunque los niveles de esta sustancia no sean alarmantes, el gas radón puede ser especialmente tóxico dentro de una casa. Desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) tener cautela y vigilar el suelo de nuestra vivienda para que no nos veamos con complicaciones futuras. A continuación, para que vayas sobre seguro, te dejamos con algunas recomendaciones:
Estudio previo de la vivienda
La zona geográfica en la que se ubica nuestra casa dice mucho sobre los niveles de toxicidad que podemos encontrar en el suelo o las paredes del edificio. Un estudio previo del espacio, nos ayudará a saber a qué nos enfrentamos y cuáles son las medidas que debemos tomar frente a ello.
Sellado de la estructura
Tanto el suelo como las paredes de una vivienda deben quedar perfectamente selladas cuando nos encontramos con una importante carga de radón. Las constructoras, que ahora andan muy pendientes de esto, son las que tienen que valorar el nivel de protección que se pone al hogar.
Instalación de un sistema efectivo
Un sistema de extracción mecánica del radón en el sótano, el forjado o la solera puede resultar de lo más efectivo. Aquí, si además agregamos cubiertas de alta tecnología nos estamos asegurando una protección extra que nunca está demás. ¿Lo tendrás en cuenta con la compra de tu siguiente vivienda?
Ventilación mecánica
Para que una casa quede completamente libre de este tóxico no hay nada mejor que airear el espacio de manera natural. Con la instalación de un sistema de ventilación mecánico en las zonas de posible afección tenemos más que suficiente para que nuestro hogar quede exactamente como lo precisamos.
Despresurización del suelo
El bombeo activo del aire comprimido en los suelos del edificio garantiza el máximo confort de esas personas que van a ocupar la vivienda. Esto, que también se tiene en cuenta a la hora de construir el bloque, nos ayuda con la desintoxicación natural del espacio desde un primer momento.
En Europa, las nuevas edificaciones cuentan con diferentes medidas de protección que, de forma sistemática, evitan las concentraciones de gas radón. Para las antiguas, tanto las cubiertas de alta tecnología como los puntos que hemos señalado aquí, pueden ser la solución que siempre hemos estado buscando.
Como vemos, el radón no es una broma. Si bien el volumen de este tóxico no tiene mucha importancia en algunas zonas geográficas, la cautela será lo que nos haga llevar un mejor control de nuestra salud y de las personas con las que vivimos. ¿Te vas a quedar sin estar protegido con alternativas tan sencillas?