El documento de la Comisión Europea, titulado “Compendio de Buenas Prácticas para limitar la ocupación de suelo y mitigar sus efectos ambientales y territoriales”, establece entre otras recomendaciones, la de incorporar, desde una visión integrada, los principios del desarrollo sostenible en la planificación urbanística y territorial; establecer índices máximos de ocupación de suelo basados en la evolución de la población y el crecimiento económico; reducir los incentivos económicos que favorezcan la urbanización dispersa e implantarlos para rehabilitar los cascos urbanos de las ciudades.