Reyal Urbis vuelve a renegociar su deuda

Se trata de la tercera ocasión en que el grupo que controla y preside Rafael Santamaría se sienta a negociar con sus bancos. La compañía lo atribuye al "continuo deterioro de la situación general del sector inmobiliario". Con la nueva refinanciación, Reyal "adaptar su plan de negocio y su endeudamiento a las circunstancias del mercado". Entre los más de treinta bancos acreedores de Reyal Urbis figuran Santander, BBVA, Bankia, Banco Sabadell y Banco Popular.

Reyal Urbis informó de que en el marco de este nuevo proceso de negociación, ha solicitado a un grupo de sus principales acreedores financieros la constitución de un Comité de Entidades Coordinadoras ('Steering Committee') para que asuma la coordinación del proceso de negociación entre las entidades.

Reyal Urbis vuelve a negociar con sus entidades financieras apenas un año después de que en mayo de 2010 firmara el anterior acuerdo, con el que logró reducir su pasivo desde los 4.600 millones de euros hasta los 3.750 millones y extender su vencimiento máximo hasta 2016. En virtud de aquel pacto, un grupo de entidades financieras compraron al grupo suelo y viviendas por un monto total de 750 millones de euros y concedieron a la empresa líneas de financiación.

La inmobiliaria se comprometió a congelar toda su actividad de promoción residencial y cedió a seis de sus bancos acreedores del 51% de 'Castellana 200', el 'macroproyecto' hotelero, comercial y de oficinas al Norte del Paseo de la Castellana de Madrid, con el fin de desarrollarlo.

Reyal Urbis, que este miércoles 29 de junio celebra su junta general de accionistas, cerró el primer trimestre de este año con 'números rojos' de 51,9 millones de euros, lo que supuso mantener los registrados en el mismo periodo de 2010.

La inmobiliaria atribuyó las pérdidas al incremento del 38% registrado en los gastos financieros por el repunte de los tipos de interés.

A cierre de marzo, la compañía contaba con un 'stock' de 1.700 viviendas terminadas, repartidas por una treintena de ciudades, de las que algo menos de la mitad (unos 600 pisos) estaban prevendidos.

En cuanto a la actividad de alquiler de su cartera patrimonial, generó ingresos por alrededor de 7 millones de euros en los tres primeros meses del año, un 27% menos, como consecuencia de los activos vendidos en el último ejercicio.