Desesperantes listas de espera

Esto no tiene nada que ver con la calidad de la asistencia sanitaria madrileña, que es mejor que en otras regiones y países. Los profesionales de la sanidad son excelentes, pero pocos para hacer frente a las necesidades de la población. No es sólo un problema de número, sino de optimización de los recursos humanos y materiales disponibles. Pero la publicación de las listas de espera en los centros públicos madrileños, que ascienden a más de 300.000 pacientes, de los que cerca de 50.000 son para tratamiento quirúrgico, más de 20.000 para consultas clínicas y 50.000 para ecografías y mamografías, son una clara justificación para que las listas de espera lleven a la desesperación a los afectados. La Paz en cirugía y consultas, San Carlos en cirugía, y el 12 de Octubre en consultas, encabezan la triste lista de incapacidad para hacer frente a la creciente demanda de enfermos. Así las cosas, no es de extrañar que se haya producido una huelga de los profesionales del sector, que piden más recursos e incremento de plantillas para luchar contra una masificación que califican de inasumible. Huelga que puede servir de aldabonazo, pero cuyos efectos inmediatos son agravar aún más el problema de las listas de espera.
Soluciones hay: el problema es llevarlas a la práctica. Aumentos de plantilla, ampliación de los horarios en quirófanos y consultas, colaboración con la sanidad privada... y todo ello en una acción conjunta y coordinada. No es sólo un problema de Madrid, aunque sea en nuestra región donde adquiere mayor dramatismo. Cuando se resuelva el culebrón del gobierno de la Comunidad, los responsables de la Sanidad habrán de enfrentarse a él con decisión y sin demora. Es una solución que no admite listas de espera.