El proyecto de fusión previsto por Bami podría hacerse realidad en septiembre

Gema Fenández
Madrid

Apenas 24 horas después de que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) levantase los derechos de voto y la representación ejecutiva de Bami en su participada Metrovacesa, Joaquín Rivero y su consejo de administración recibían el apoyo unánime de sus accionistas sobre la OPA lanzada por el 10% del capital de Metrovacesa a 32 euros por título. Un apoyo que ha ratificado el propio órgano de gobierno de su participada, que ha aconsejado a sus accionistas acudir a la oferta.
La adquisición, el pasado año, del 23,9% del capital de Metrovacesa "constituyó la decisión más importante que hemos tomado en nuestra historia", aseguraba el presidente de Bami en su discurso de apertura de la junta de accionistas, celebrada el pasado 26 de junio.
Y desde el principio, el objetivo de Rivero ha estado muy claro "conseguir la fusión de ambas sociedades y alcanzar el liderazgo del mercado español", incrementando la liquidez y el beneficio por acción y mejorando el equilibrio entre el negocio de rentas y el promotor, como explicaba el propio presidente de la compañía en la junta.
En poco más de seis años, Bami ha pasado de "la cola a la cabeza de las inmobiliarias españolas", lo que le ha supuesto un endeudamiento actual que supera los 1,20 millones de euros. Desde 1997, la compañía ha cambiado una cifra de negocio de algo más de 36 millones por los 183,53 millones de 2002; y el beneficio neto se ha multiplicado por casi diez veces, pasando desde 3,50 millones a 34,12 millones.
La inmobiliaria prevé alcanzar un beneficio neto de 44,70 millones de euros a finales de este ejercicio, lo que supondrá un incremento del 31% respecto a 2002. Asimismo, espera incrementar el beneficio por acción un 14,09% sobre fondos propios.
Rivero ha puntualizado que si no llegara a producirse la fusión, debería realizar una ampliación de capital de unos 150 millones, lo que reduciría el beneficio neto por acción previsto hasta el 9,5%.