Un bloque de cristal entre edificios de hierro y hormigón

Las viviendas del edificio ubicado en el número 40 de la calle Bond acogen un concepto creado por Ian Schrager, inventor tanto del hotel moderno como del nightclub. Su idea se basa en combinar en un apartamento todos los beneficios que otorga poseer un hogar con los servicios, privilegios y comodidades de un hotel de cinco estrellas, para poder disfrutar del verdadero lujo, que no es otra cosa que hacer lo que desees en cualquier momento.
El inmueble, diseñado por los arquitectos suizos Jacques Herzog y Pierre de Meuron, ganadores del premio Pritzker 2001, es su primer proyecto residencial en Estados Unidos y su imagen rompe de manera radical con los edificios de viviendas habituales en la Gran Manzana gracias a la disposición de sus elementos, sus detalles y sus acabados.
De este modo, ambos han creado un lugar reconocible como un nuevo estándar para las viviendas de lujo debido a la combinación de ideas clásicas con tecnología y materiales modernos. Este hecho también se nota en la manera en que trata la luz, gracias a que los elementos estructurales de su fachada están envueltos en cristal fundido fabricado en Barcelona.
Su ubicación se encuentra en el barrio Noho de Nueva York, el centro cultural de Manhattan y lugar en donde se crearon los lofts para transformar los antiguos edificios industriales. A pesar de que está integrado con la arquitectura de su entorno, se trata de un lugar realizado con la tecnología más sofisticada y los materiales más avanzados.
El bloque del 40 de la calle Bond dispone de 27 apartamentos, muchos de ellos con terraza y chimenea, cinco casas urbanas —cada una con tres pisos y jardines privados frontales y traseros— y uno de los mejores áticos de la ciudad. Todas las viviendas incluyen plantas simples y dáfanas, techos altos y grandes armarios y poseen una gran luminosidad.
Uno de los elementos más destacados del edificio es su puerta fabricada en aluminio fundido, esculpida con un estilo que mezcla influencias de Gaudí y está inspirada en las pintadas que pueblan la ciudad, con la intención de no desentonar con el paisaje urbano. Esta barrera separa los jardines privados de la parte frontal de las casas de la calle.