HUNGRÍA: NUEVAS EXPECTATIVAS DE MERCADO
Julio César Pombo
Director adjunto de Gerencia de CPO
Hungría y la región central de Europa ya formaban parte de los destinos preferidos para la inversión extranjera incluso antes de la entrada del país como nuevo miembro de los 25 de la Unión Europea (UE) en 2004. Desde entonces, Hungría ha vivido importantes cambios políticos y económicos que han conllevado la estabilización de su economía y la consolidación de un régimen jurídico claro de la propiedad, factores esenciales para el sector inmobiliario y para la inversión extranjera en general.
Hungría, Polonia y la República Checa son en la actualidad los principales polos de atracción para la inversión extranjera en la llamada Europa del Este. Hungría por sí sola concentra el 60% de esta inversión, que funciona como importante motor e impulsor del crecimiento económico del país. En lo que se refiere al mercado inmobiliario, existen hoy en día grandes oportunidades para los promotores e inversores extranjeros, atraídos por la seguridad jurídica, por rentabilidades anuales del orden del 20% y por las facilidades de financiación que proporciona un amplio y competitivo sistema financiero.
Más de una quinta parte de la población de Hungría reside en Budapest, donde, en comparación con el resto del país, los precios de los inmuebles son casi un 45 % más caros y la rentabilidad de los alquileres es a su vez hasta un 50 % más elevada. De la misma manera existe además una gran demanda en locales comerciales, oficinas y plazas hoteleras.
Las oportunidades todavía existentes en el mercado inmobiliario favorecen rentabilidades en los alquileres que van del 8% al 12 %, motivadas siempre por la fuerte demanda de viviendas de calidad entre los húngaros. Además, el Gobierno está potenciando nuevas bonificaciones en el impuesto de transmisiones patrimoniales. Hungría registró en 2007 aproximadamente unos trece millones de turistas extranjeros con un crecimiento anual superior al 14%. El gobierno húngaro ha construido un nuevo aeropuerto internacional para potenciar el sector turístico. Estos datos han llevado a que múltiples cadenas hoteleras internacionales deseen estar presentes en la capital y a que apuesten por la construcción y rehabilitación de edificios a tal fin, lo cual ha abierto un importante nicho de mercado a promotores y constructores.
La entidad de la inversión extranjera y la creación de nuevos servicios como los mencionados han tenido a su vez un importante impacto en el aumento del parque de oficinas y de centros comerciales. Sólo las oficinas representan cerca de un 20% del sector de la construcción, con una rentabilidad en los alquileres similares a las de Londres o Barcelona, pudiendo establecerse que el tirón de la oferta ha tenido como consecuencia que los precios de la adquisición de activos en este sector se hayan triplicado en los últimos cinco años.
El crecimiento económico no se ha resentido por ahora del reajuste financiero que padecen otras economías como la española. A ello contribuye el flujo constante que supone la llegada de los fondos de cohesión y estructurales de la UE destinados a infraestructuras, y que permiten que empresas españolas del sector de obras públicas vean en ello una alternativa de negocio.
Para los promotores españoles, puede ofrecer un marco de continuidad para la obtención de beneficios, ya que se puede aspirar todavía a inversiones inmobiliarias con rentabilidades de entre un 30% y 40% por ciento anual, y con la garantía de un amplio recorrido en los precios en los próximos años. Con todos estos parámetros, podemos concluir que para aquellos que apuesten por el mercado húngaro, puede repetirse la experiencia que hemos vivido hasta fechas recientes en el mercado inmobiliario español.