El Tesoro de EEUU interviene las principales hipotecarias del país

El Gobierno de Estados Unidos ha decidido tomar cartas en el asunto y afrontar la crisis inmobiliaria y crediticia de una manera activa. El Tesoro estadounidense ha tomado el control de las dos principales hipotecarias del país, Fannie Mae y Freddie Mac, que juntas garantizan casi la mitad de la deuda hipotecaria, que asciende a doce billones de dólares.
"La Agencia Federal de Financiamiento de Vivienda ha decidido que estas empresas hipotecarias no pueden continuar operando de forma segura y sólida, y cumplir su misión pública, representando un riesgo inaceptable para el sistema financiero en general y nuestra economía," ha explicado el presidente George W. Bush en un comunicado. Y es que ambas compañías han sufrido pérdidas de 14.000 millones de dólares de dólares en el último año.

La Administración Bush toma de manera temporal (hasta el 31 de diciembre de 2009) el control de ambas hipotecarias. La primera medida que va a llevar a cabo es comprar títulos por valor de 1.000 millones de dólares en cada una de ellas, una cifra que podría llegar hasta los 100.000 millones de dólares para cada una si fuera necesario.

Así, el Gobierno estadounidense estaría dispuesto a destinar hasta 200.000 millones de dólares (140.000 millones de euros), en la que es la mayor intervención en el sistema financiero norteamericano. Ya en julio el Tesoro había aprobado una ley por la que podría inyectar fondos en caso de ser necesario. El dinero final que acabe siendo destinado dependerá de las condiciones del mercado. El Congreso estadounidense estima que podría llegar a los 50.000 millones de dólares.

Estas acciones compradas por el Departamento del Tesoro tendrán preferencia sobre los títulos comunes y preferenciales actuales. Fannie Mae y Freddie Mac "no volverán a estar dirigidas con una estrategia de maximizar dividendos, una estrategia que históricamente ha estimulado a correr riesgos", ha manifestado Henry Paulson, secretario del Tesoro.

Otra de las medidas consiste en remodelar completamente el cuadro directivo. A partir de ahora ambas empresas serán administradas por personas designadas por el regulador. Asimismo, en caso de que alguna de ellas se vea abocada a la quiebra, el Tesoro tendrá prioridad en la ejecución de sus activos. El tiempo dirá si la intervención servirá para inyectar confianza en los mercados crediticios.