Portugal ofrece oportunidades al sector de la rehabilitación
Pese a las trabas burocráticas y el deterioro de los inmuebles
lunes 20 de octubre de 2014, 14:42h
31/10/2007.- María Rosa Abeijón, directora general de 3G Office en Portugal, explica cómo desarrollar negocios y las incidencias con las que te puedes encontrar en el país vecino. Once años de experiencia avalan su trayectoria empresarial.
Lisboa es una ciudad con un parque residencial pendiente de recuperar, a pesar de que en los últimos 50 años se han derribado edificios enteros, abierto avenidas y añadido módulos de estética moderna a inmuebles con fachadas clásicas.
Uno de los grandes problemas es el bajo precio de los alquileres, que ha generado la aparición de infraviviendas. El Estado portugués ha intentado resolver esta situación revisando los contratos de arrendamiento y sometiendo los nuevos a la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU), revisada en 2006. Sin embargo, ese proceso surtirá verdaderos efectos dentro de 10 o 15 años, cuando se alcance un precio medio de mercado, porque todos los temas burocráticos de Portugal son muy lentos.
Otros grandes factores de riesgo en áreas históricas de Lisboa son su variada composición geológica y la abundancia de agua y de restos arqueológicos en el subsuelo. Además, a veces obligan a proteger tanto los elementos decorativos como la estructura interna y no todas las zonas de las ciudades son accesibles, ni siquiera para realizar los trabajos.
El último gran problema de Lisboa es que tiene un gran déficit de estacionamientos, los aparcamientos públicos son escasos y muy caros y el transporte público no llega a todos los lugares de la ciudad.
Para paliar estos inconvenientes, la Administración han creado las Sociedades de Rehabilitación Urbana (SRU), organismos públicos que cuentan con ayudas económicas gubernamentales y, sobre todo, de la Unión Europea. Además, el nuevo ayuntamiento de Lisboa va a detallar más el Plan General del municipio.
Por su parte, las peticiones de los promotores se basan en acelerar los trámites administrativos y algún tipo de beneficio fiscal, como bajar el IVA en la promoción del 21% actual al 5%, para que no repercuta en el cliente final y ofrecer oportunidades a más segmentos de la población.
A pesar de todos estos factores, el negocio en Portugal está funcionando, posee un largo recorrido y grandes expectativas. La ubicación y condiciones naturales del país ofrecen muchas oportunidades, no sólo en rehabilitación, sino en turismo residencial.