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Las inmobiliarias muestran el alcance de la crisis en las cuentas del año 2007

La caída de las ventas añade tensión a los balances de las empresas y hunde sus valoraciones bursátiles

lunes 20 de octubre de 2014, 14:42h
06/03/2008.- Las nueve empresas más grandes del sector inmobiliario facturaron el año pasado un 34,2% más que en 2006. Este dato esconde, sin embargo, el empeoramiento de su situación financiera, a raíz de la crisis crediticia y el parón del mercado residencial. Las constructoras mantuvieron el tipo gracias a procesos de diversificación que han incrementado su endeudamiento.
Hace cerca de medio año, el veterano directivo inmobiliario Antonio Trueba, afirmaba que el primer paso para superar la crisis era ver la cara al "monstruo". Con ello quería decir que la publicación de los resultados empresariales ayudarían a perfilar el alcance de la crisis y supondría un punto de inflexión para comenzar a remontar vuelo. Esta segunda fase está aún por ver, pero lo que sí es cierto es que al dar a conocer sus balances, las inmobiliarias han hecho más patente la tensa situación por la que pasan muchas empresas del sector.

El principal enemigo del sector es el endeudamiento. Las grandes empresas tienen que afrontar este año los primeros pagos por los créditos que pidieron para comprar a sus competidoras, a lo largo de 2006. El problema es que el dinero que tenían previsto por las viviendas comercializadas no llega. El endurecimiento del mercado de hipotecas está deshaciendo los compromisos de compra de miles de potenciales clientes.

Se calcula que durante 2007 las preventas con que contaban las grandes inmobiliarias cayeron un 33,6%, hasta contabilizar sólo 4.346,73 millones de euros. Las empresas más afectadas por la desaparición de estos ingresos esperados fueron Realia (que perdió seis de cada diez compromisos de compra), Metrovacesa (-57,8%) y Reyal Urbis (-55%). En el lado contrario, Renta Corporación, Martinsa-Fadesa y Vallehermoso fueron las que registraron los menores descensos, del 12,3%, el 14% y el 21,1%, en cada uno de los casos.

En cualquier caso, este dato, por sí solo, es poco significativo para comprender la situación de una empresa, ya que el negocio de la promoción no tiene el mismo peso en todas estas compañías, ni todas ellas están en la misma situación contable. Así, empresas como Colonial, Reyal o Metrovacesa tienen un apalancamiento considerable, que rebasa, en el mejor de los casos, el 50%.

Desinvertir para salvarse. La presión de los bancos está haciendo que las empresas más endeudadas se estén decantando por las desinversiones de toda clase, en un intento por generar liquidez con la que afrontar los compromisos de pago.

Martinsa-Fadesa es un ejemplo de este proceso, que cristalizó el año pasado en la venta de la mitad de su filial marroquí a su socio local, Adohha. Por su parte, patrimonialistas como Colonial o Realia están sacando partido a su presencia en REITs franceses como SFL y SIIC, respectivamente. La reducción de su participación en estos vehículos de inversión, que ya habían decidido antes de la crisis para poder acogerse a las ventajas fiscales decretadas por el Gobierno galo, les están produciendo jugosas plusvalías en un momento en el que lograr financiación es muy complicado.

Estos movimientos corporativos no esconden, sin embargo, el mal momento que pasa el sector. Pese a que los resultados económicos de las nueve principales inmobiliarias sumaron el año pasado 8.848,5 millones de euros, (un 34,2% másque en 2006), el beneficio conjunto descendió un 25,26% durante el pasado año, hasta 1.918,74 millones. Este hecho se explica por los movimientos corporativos de hace poco más de un año, que han variado en muchos casos la valoración de activos.

La construcción se endeuda. Las constructoras exhiben mejor forma financiera, pero también han sufrido la merma de su beneficio neto. En este sentido, las ganancias de las seis grandes constructoras cotizadas (ACS, Acciona, Sacyr Vallehermoso, Ferrovial, FCC y OHL) sumaron 5.084,58 millones de euros durante 2007, lo que supone una reducción del 2,75% respecto a 2006.

La cifra de negocio conjunta creció un 34,7% el pasado ejercicio, hasta elevarse a 67.299 millones de euros, por la buena marcha que aún presenta la obra civil y los ingresos que obtienen de los negocios a los que diversifican su actividad.

No obstante, estos grupos elevaron un 24,5% su endeudamiento en 2007, hasta casi sumar los 100.000 millones de euros, concretamente 94.596,7 millones. El nuevo incremento es fruto de las continuas inversiones realizadas en diversificación y empresas participadas, del sector de la energía en el caso de Sacyr, ACS y Acciona, así como para atender al desarrollo de sus negocios tradicionales.

El endeudamiento y las dudas que ofrecen tanto inmobiliarias como constructoras ha hecho que durante 2007 las cotizaciones de las 13 primeras empresas cayese una media del 34%.
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