Un rayo de esperanza

Dentro del pesimismo que había cundido en los últimos meses en el sector inmobiliario, parece que ahora se lanza sobre él un rayo de esperanza. Ha cuajado en una parte importante del sector que todo va a cambiar tras las próximas elecciones generales. Gane quien gane dichas elecciones, quien ocupe el Palacio de la Moncloa debe poner en marcha medidas que favorezcan una dinamización del sector inmobiliario y una recuperación de los ritmos de venta. El sector inmobiliario ha sido en los últimos años el verdadero motor de la economía en nuestro país y, como tal, ha generado riqueza y puestos de trabajo directos e indirectos. Unos puestos de trabajo que nuestra economía no puede correr el riesgo de perder, ya que sería catastrófico desde todos los puntos de vista, incluido el social, puesto que, en los últimos meses, ningún otro sector ha demostrado que se encuentre en condiciones de absorber el paro que ya se genera en la construcción consecuencia del descenso en la venta de viviendas y la disminución en la producción. Y las medidas que se han de poner en marcha se deben presentar y activar lo antes posible. Incluso, no se debería aguantar a que pasaran las elecciones pero, ya se sabe, el Gobierno no quiere dar ningún paso que pueda comprometer algunos votos, a pesar de que se deteriore la situación. Su único empeño es que no quiebre ninguna empresa antes de las elecciones, no sea que se deteriore aún más la imagen de los ciudadanos sobre la situación económica. Un tema importante que se debe solucionar cuanto antes es la recuperación de la financiación para el sector inmobiliario y para los consumidores. Si no se soluciona, es muy difícil que el sector se recupere y que se produzca un ajuste racional entre oferta y demanda.