Invertir en exclusivo

Invertir en "exclusivo"; esa es la cuestión. Lo sabe bien algún que otro empresario relacionado con el ámbito del diseño, de la "nou cucine" y, desde hace tiempo, también algún que otro empresario del sector inmobiliario, como Daniel Muñoz, director general de Viventta.
La "jet set", la gente guapa, ha crecido estos últimos años y ellos lo saben. Por eso no es de extrañar que la crisis inmobiliaria no afecte a las viviendas de lujo, que siguen registrando la misma demanda de siempre.
Hablamos de las viviendas que superan los 800.000 euros, esas casas únicas en zonas exclusivas: Majadahonda, Aravaca, La Moraleja o el barrio Salamanca en Madrid y urbanizaciones como Santa Cruz en Sevilla, Sotogrande en Cádiz o la Milla de Oro en Marbella.
También fuera de España hay oportunidad de invertir en lo exclusivo porque los nuevos ricos son así, y para ellos, inmersos en la Era de la Globalización, no existe ningún impedimento en la movilidad de sus capitales.
Hercesa, constructora pionera en inversiones urbanísticas en los nuevos países emergentes del Este de Europa, se está planteando construir en “exclusivo” también, para las grandes fortunas que han empezado a emerger en países como Rusia, Bielorrusia, Ucrania, Lituania, Letonia o Polonia, donde el lujo y la ostentación conviven con las secuelas de un comunismo cada vez en más desuso para unos cuantos nuevos ricos.
Tampoco los países latinoamericanos son ajenos a este proceso de “ghetto para nuevos ricos” que se está creando a modo de pequeñas islas independientes, con todo tipo de servicios y ofertas y a tiro de piedra de un aeropuerto. Y es que ya no hace falta viajar a Miami para disfrutar a lo grande de una lujosa mansión con piscina y embarcadero propio para recrearse en lo afortunado que es uno.