Santamaría aprieta el acelerador para esquivar los números rojos

La fusión de Reyal y Urbis se preveía compleja, pero el delicado año del sector inmobiliario está jugando en contra de la firma que controla Rafael Santamaría. La revalorización de los activos de Urbis ha hecho que el beneficio de 38,2 millones del tercer trimestre del año pasado se haya convertido en unas pérdidas de 67,5 millones en éste.
El incremento del valor de edificios y terrenos de Urbis no ha sido el único revés de Reyal, que también ha tenido que lidiar en los primeros nueve meses de 2007 con un retroceso del 5% de las viviendas entregadas, del 44% de las ventas y del 7% en los contratos pendientes.
Rafael Santamaría quiere contrarrestar esta situación con la venta del 6% de Colonial a José Ramón Carabante, por 354 millones de euros, y la venta de suelos y viviendas por otros 664 millones de euros. Los planes para este año pasaban por entregar 3.600 viviendas, aunque en lo que va de año sólo ha logrado dar las llaves de 2.000.
En el lado positivo, la fusión de Reyal y Urbis ha multiplicado casi por cuatro sus ingresos, hasta llegar a los 934 millones de euros. Sin embargo, el resultado bruto de explotación (Ebitda) bajó un 4%, hasta los 97,67 millones de euros.
Otro de los aspectos que resalta la empresa, es la rápida amortización del crédito que suscribió con 39 entidades para comprar Urbis. Aunque el préstamo inicial era de 4.040 millones de euros, de esta cantidad sólo se dispusieron 3.067 millones. El saldo vivo a 30 de septiembre era de 2.469 millones de euros. Este año se han amortizado 402 millones de euros. El resto está generando unos costes financieros que absorben un 22% de los ingresos de la empresa. En la actualidad, el endeudamiento neto de la empresa alcanza los 5.918 millones de euros, lo que supone un 355% más que en 2006.