Cuestión de perspectiva
Tras la celebración la semana pasada de Urbe Desarrollo se constata lo ya visto en anteriores salones inmobiliarios celebrados después del verano como los de Málaga, Murcia y Barcelona. El sector inmobiliario como tal no está en crisis. Y esto se sustenta, sobre todo, en que existe una importante demanda que busca producto inmobiliario residencial. Lo que sí está claro es que el problema, o la crisis si queremos denominarlo así, se encuentra en el sector financiero, en la financiación tanto al promotor como al consumidor final. Las condiciones de financiación a los promotores se han endurecido y ya no es tan sencillo encontrar condiciones ventajosas en entidades financieras, a lo que ha ayudado de forma importante la nueva Ley del Suelo del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y su sistema de valoración de solares. Y las condiciones de financiación se han endurecido de manera más importante para los suelos en gestión ya que los finalistas todavía se pueden defender.
Lo que también queda claro después de estos meses después del verano y las noticias que se han sucedido sobre el sector inmobiliario es que los promotores se han dividido en dos. Los que ven la botella medio llena y los que la perciben medio vacía. Todos quieren trasladar a los consumidores y al público en general la confianza en el sector inmobiliario pero, mientras que los primeros se muestran más optimistas y consideran que la caída de las ventas es algo coyuntural y que los niveles se mantienen más que aceptables después de años de vacas gordas, los segundos ven más largo la duración del periodo en que nos encontramos y se muestran más preocupados por el futuro. Como para todo hay un término medio, esperemos que en el sector inmobiliario se produzca también y vivamos en pocos meses la recuperación de la financiación y de la confianza de los consumidores. A esto también puede ayudar que pasen las próximas elecciones generales del mes de marzo.