CATALUÑA.- 24/10/2007 Un piso nuevo en Barcelona necesita 19 meses para venderse
lunes 20 de octubre de 2014, 14:42h
Vender un piso nuevo en Barcelona cuesta 19 meses, cinco más que el año pasado, según un estudio de la consultora Aguirre Newman. Sin embargo los precios continúan aumentando, alcanzando los 6.929 euros por metro cuadrado, un 12% más que hace un año.
A medida que crecen los tipos de interés de las hipotecas aumenta también el tiempo que se necesita para vender un piso nuevo en Barcelona que ha llegado a los 19 meses de media frente a los catorce meses necesarios hace un año. Como el precio del dinero y del piso ya no son atractivos para comprar una vivienda los promotores han puesto en marcha una serie de iniciativas para intentar atraer clientes. Según la consultora inmobiliaria Aguirre Newman destacan medidas como ofertar una financiación de la vivienda mucho más flexible de la que ofrecen bancos y cajas u ofrecer el aparcamiento y el trastero gratis.
El aumento del precio medio del metro cuadrado, que sitúa a Barcelona como una de las ciudades más caras de España por delante de Madrid y Valencia, también ha llevado a los constructores a optar por reducir los metros cuadrados de los pisos. Según el estudio de la consultora la superficie media de los pisos nuevos en Barcelona se sitúa en los 94 metros cuadrados, un 5% menos que el año pasado. El precio final llega a superar los 652.000 euros, el doble de lo que costaba en el 2003.
Respecto al área metropolitana de Barcelona el precio medio de un piso se ha encarecido un 4,6%. La superficie habitable de la vivienda nueva es de 94,4 metros cuadrados y su precio llega a los 447.015 euros. Respecto al metro cuadrado la ciudad más cara es Sant Just Desvern (7.841 euros) y la más barata Sant Boi de Llobregat con 3.369 euros.
Pero no todo son malas noticias para los que quieran comprar un piso nuevo y no tengan prisa. Según Aguirre Newman los precios de los pisos nuevos podrían bajar hasta un 5% a partir del próximo año. La razón que esgrimen es que las promociones de construcciones en marcha y el retroceso de la demanda producirán un exceso de oferta que obligará a los promotores a abaratar los precios si quieren dar salida a sus los nuevos desarrollos.