www.euroinmo.com

La belleza del silencio

En este inacabable set político que vienen jugando Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz Gallardón casi desde que se conocieron como concejales en el Ayuntamiento de Madrid, la presidenta madrileña subió a la red para bolear sobre la línea de fondo : “Alberto está más guapo cuando está callado”, y se ha encontrado con que, quién le devolvía la pelota no era el alcalde a punto de instalarse en el majestuoso edificio de la Plaza de Cibeles, sino el presidente del PP y candidato a La Moncloa, Mariano Rajoy, una vez más gallego hasta las cachas : “Alberto está guapo cuando habla y cuando está callado”.
El líder del centro derecha está cada vez más convencido de sus posibilidades de ganar en el próximo mes de marzo, sobre todo si desde el Gobierno y en especial desde la presidencia le siguen dando bazas que jugar, de ahí que no cambie ni en su estrategia global, ni en su táctica interna del partido de cara a la elaboración de las listas electorales. Dispuesto a poner toda la carne que tiene en el asador, piensa con fundamento que tiene en los alcaldes que gobiernan muchas de las ciudades y capitales más importantes del país, una de sus mejores bazas. ¿Por qué no incluir a Gallardón, a Rita Barberá, a Teófila Martínez, como reclamos junto a otros 17 mandatarios más que en estos momentos rigen los destinos de otros tantos municipios?.
Son estos nombres los que consiguieron que las pasadas elecciones autonómicas y municipales no se saldaran con una victoria incontestable del Partido Socialista y sus distintos aliados. El PP ganó en votos, por muy escaso margen, pero perdió de forma rotunda en concejales y alcaldes merced al crecimiento de los socialistas y sobre todo a los pactos posteriores.
En el cuartel general del Partido Popular lo tienen muy claro. Y su presidente aún más. Dentro de unos meses tienen que ganar la batalla o retirarse a un segundo plano. Rajoy no podrá seguir al mando si pierde frente al “nuevo” Zapatero, argumento que le lleva a colocar en cada circunscripción a aquellos dirigentes con tirón electoral. Otra cosa será el día después: si los que van en las listas toman posesión de las actas de diputado, si participan o no en la lucha sucesoria en caso de derrota, o si se incorporan al Gobierno y a puestos de dirección en el partido si se hacen con la victoria. A cinco meses de la cita con las urnas, el empate técnico que dan todos los sondeos entre los dos grandes partidos permite cualquier pronóstico, y posibilita ambiciones, esperanzas y por supuesto mucha guerra interna para “estar colocado”.
En esa guerra fratricida que se da en todas las formaciones cuando se trata de colocar un nombre detrás de otro, la que mantienen la presidenta y el alcalde de Madrid es la más pública y la que no se acabará tras el resultado de las elecciones generales. Son muchas las batallas, muchos los enfrentamientos, muchos los daños causados y sufridos por unos y otros, a veces con víctimas ajenas al enfrentamiento directo. No se perdonan, ni se van a perdonar, por más árnica que aplique Mariano Rajoy y algunos de los suyos.
En el círculo de confianza de Esperanza Aguirre creen a pies juntillas que si Gallardón alcanzara el poder interno en el PP, lo primero que haría sería atacarles. De ahí que tengan preparadas respuestas para las dos y hasta para las tres situaciones posibles:
1.- Alberto va en la lista madrileña, Rajoy gana y forma Gobierno, y el alcalde consigue una vicepresidencia dejando a Ana Botella como alcaldesa con el visto bueno de José María Aznar. 2.- Alberto va en la lista, Rajoy pierde y el PP elije un nuevo líder en la persona de Gallardón, con Ana Botella de sucesora en la alcaldía. 3.- Alberto va en la lista, Rajoy pierde y Gallardón se queda en la alcaldía por el mantenimiento de Rajoy en la presidencia, por la elección de otro candidato, o por la elección de la propia Esperanza, pese a no estar en el Congreso; opción que contemplaría el mantenimiento de Rajoy al frente del PP durante el mayor tiempo posible, pero no repetir como alternativa a Zapatero.

Las respuestas que se dan desde ese “círculo de confianza” de la presidenta madrileña son muy duras, al situarse en una situación de “supervivencia política”, hasta el punto de estar dispuestos a mantener la guerra hasta el final, sin bajar la guardia en ningún momento. Y pruebas de ello se dan cada día, con más o menos ironía en boca de los principales protagonistas. Otra cosa serían los resultados e incluso las posibilidades mutuas de destrucción por parte de los “dos ejércitos”, que son muchas.

Post Scriptum.- Es curioso que en torno a estos enfrentamientos y al futuro dentro del centro derecha, un grupo de empresarios de la construcción y el sector inmobiliario estén pensando en apoyar la salida de un nuevo periódico nacional, al que sitúan entre “el liberalismo progresista de Gallardón y la socialdemocracia moderada de José Bono” que estaría dirigido por Pablo Sebastián ( que ya está negociando el proyecto desde su plataforma de La Estrella Digital ) y que intentaría “colocarse” entre los hoy lectores de El País y El Mundo. Esa sería una de las razones – explican quienes ya han sido contactados – del duro ataque que Sebastián ha dirigido contra Federico Jiménez Losantos y Eduardo Zaplana por sus supuestas relaciones económicas con Francisco Hernando, más conocido como “El Pocero” y por la macro urbanización que está desarrollando en la localidad de Seseña. Empresario que va a disponer de uno de los yates más grandes del país ( cercano a los setenta metros de eslora ) y que este verano no dudaba en trasladar a Mallorca en su jet privado y para disfrutar de un pequeño crucero de lujo a viejos y nuevos amigos del mundo periodístico, que toda ayuda es poca cuando se trata de guerrear desde los medios de comunicación.
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
0 comentarios