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EL MOMENTO DEL SECTOR NO RESIDENCIAL

Aleix Vila

Director de ventas de IDP
Habitualmente se relaciona únicamente el sector inmobiliario con la parte residencial por ser ésta la mayoritaria, pero hay otra serie de productos como las oficinas, el industrial, la logística y los centros comerciales que viven un momento especialmente bueno. Las perspectivas macroeconómicas son buenas: el PIB creció el 3,9% en el 2006 (4% en el último trimestre) y la tasa de paro bajó a nivel histórico del 8,3%. Además, durante el primer trimestre del año 2007, la industria ha tenido un crecimiento superior al 4% y ya es el tercer trimestre consecutivo.

Las promociones de naves industriales en hilera muestran unos ratios similares al residencial, con unos costes, plazos y acabados inferiores a éste, y al que está acudiendo el pequeño inversor. Las empresas promotoras, ante la situación que se avecina, están apostando claramente por la diversificación del producto y por la patrimonialización, incidiendo en el sector industrial de manera decidida.

Por su parte, el mercado logístico es un mercado muy líquido con rentabilidades atractivas y que están en alza. Cada día las empresas exteriorizan más sus servicios logísticos: España está entre el 50-60% de implantación de los países más industrializados de la UE). Respecto a las oficinas, éstas están teniendo unos niveles de ocupación crecientes, superiores a la oferta, de manera que se están pagando unos precios más altos por parte de los inversores en detrimento incluso de la rentabilidad Por último, los centros comerciales son muy atractivos para el inversor. Empresas especializadas en estos inmuebles son piezas de caza cotidianas. Véase la compra de Riofisa por parte de Inmocanal.

Desde IDP demandamos a las administraciones más suelo industrial finalista, ya que el valor de éste está creciendo exponencialmente. La Administración central debería realizar actuaciones con vocación plurimunicipal, posibilitando sectores de una dimensión media de 75 hectáreas, con objeto de concentrar la actividad económica por evitar la dispersión de sectores de pequeña dimensión que, en conjunto, provocan un grande despilfarro de suelo libre y plantean más problemas de accesibilidad sostenible.

Otra actuación de carácter reequilibrador es el impulso de ámbitos de menor tamaño (una media de 30 hectáreas y vocación local), para renovar los tejidos industriales urbanos. Es imprescindible disponer de infraestructuras eficientes para que España no pierda pedalada. Si no actuamos estamos poniendo en peligro el futuro económico de nuestro país y los puestos de trabajo de muchos ciudadanos. La capacidad de garantizar la movilidad y la conectividad de un país en los ámbitos interno y exterior, así como la capacidad de disponer y gestionar las infraestructuras necesarias, son un elemento importante para la competitividad y el progreso de nuestro territorio. El capital físico en infraestructuras con el qué se cuenta es todavía insuficiente y por esto se hace necesaria una estrategia que permita extender con más rapidez, equilibrio y total racionalidad la red de infraestructuras del país.

Finalmente, es recomendable adaptarse a las necesidades emergentes de la actividad logística, que tiene unas necesidades específicas muy determinadas y diferentes a las actividades industriales tradicionales, tanto en materia urbanística (alturas, ocupaciones, etc.), como en consumo energético, accesibilidad y trasnsmodalidad de la red.
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