Manuel Cabalgante Gallardo

Uno de los temas más debatidos desde la aparición del CTE es el del impacto en los costes de construcción que derivarán en un incremento de costes en el precio de la vivienda. El debate se centra en el intervalo de subida que discurre desde el 1% estimado por el Gobierno y el 15% que indican los constructores y promotores.
Entendemos que estas cifras no pueden darse de una manera aislada y sin otros parámetros de referencia. Antes de la aparición del CTE, la calidad de la construcción en España difería de unas promociones a otras. De ahí, que sin la intervención de la nueva normativa, ya se construyeran viviendas próximas a los cánones de calidad exigidos por el CTE. En virtud de lo próximo que la construcción de una vivienda se encuentre de estos patrones, el encarecimiento del coste de la misma, será menor.
Sí es cierto que existen una serie de factores nuevos que han sido introducidos con la aplicación del CTE y que evidentemente constituirán un incremento del coste de construcción. También es cierto que estas mejoras requerirán un aumento de producción para satisfacer la nueva demanda y la aparición de una mayor oferta y competencia entre las empresas suministradoras que, entendemos, regularán a la baja el mercado.
Si realizamos un recorrido por los distintos documentos básicos y analizamos los requisitos exigidos a las viviendas para el cumplimiento de los mismos, repararemos inmediatamente en un aspecto que repercutirá en el incremento de coste de las mismas. Nos estamos refiriendo a la obligatoriedad de la instalación de sistemas de captación que permitan la contribución solar mínima para producción de agua caliente, pero en algunas zonas de España, esto ya era obligatorio, por lo que para las viviendas ubicadas en ellas, el CTE en este aspecto no supondrá un incremento de costes.
Del resto de aspectos contemplados por el CTE podríamos destacar que no se producirán aumentos en los capítulos de estructura, si bien, sufrirá un incremento el coste de los Estudios Geotécnicos. Aumentarán los costes de construcción en ahorro energético y al aislamiento a ruido, que exigirán soluciones de cerramientos con espesores mayores y sobre todo, el empleo de carpinterías de mayor calidad. El resto de aspectos, a excepción de las condiciones de salubridad que obligarán, entre otras cosas, a aumentar el gasto en sistemas de ventilación y proyectar sistemas de saneamiento más caros, no supondrán un incremento excesivo.
Además de los incrementos anteriormente citados y en los que nos estamos refiriendo únicamente al coste de construcción. Existen dos partidas de gastos que necesariamente deben aumentar. Por un lado, la redacción de los proyectos se ha vuelto más compleja, obligando a la intervención de más especialistas en el proceso constructivo, por lo que entendemos que los honorarios técnicos deben aumentar. Igualmente se producirá un incremento de los presupuestos destinados al control de calidad.
Con todo lo anterior, y tomando como referencia una vivienda tipo medio, podríamos estimar que el incremento de costes de construcción, debidos a la aplicación del CTE, oscilará en torno al 7%. Probablemente este incremento no se produce de manera gratuita sino que entendemos que es el necesario para conseguir unas condiciones de calidad y confort necesarias al mismo tiempo que se contemplan los requisitos de sostenibilidad y ahorro de energía exigidos por la sociedad en general.