La chistera de Zapatero

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha dado un paso más el pasado fin de semana en su estrategia de maquillaje y propaganda puesta en marcha con la última crisis ministerial y ha sacado un nuevo conejo de su chistera. Estrategia que tiene un punto fundamental en los temas relacionados con la vivienda y los jóvenes.
El primer paso fue el nombramiento de Carmen Chacón al frente del Ministerio de Vivienda con dos objetivos claros: la captación del voto joven y del de los sectores del socialismo catalán más próximos a postulados nacionalistas. Y con el segundo del pasado domingo ha puesto definitivamente el foco en los jóvenes al anunciar medidas que les faciliten el acceso a la vivienda antes de que finalice la legislatura.
La primera pregunta que surge al oírle hacer este anuncio con marcado tinte electoralista es el motivo de no haberlo hecho en los últimos tres años. Cualquier medida que se quiera poner en marcha después del verano necesitará un tiempo para desarrollarse y otro no menos importante para que se puedan ver sus efectos. Por este motivo los intereses del presidente del Gobierno están claramente puestos más en captar el voto que en hacer una política de vivienda con medidas concretas. Una vez pasadas las elecciones poco importará si se cumplen las medidas ahora anunciadas o si tienen efectos positivos para los jóvenes. Si se tuviera claro lo que se quiere hacer, ya se hubiera hecho.
Y las sospechas sobre el electoralismo del anuncio presidencial están en la manera en cómo se ha hecho. En vez de hacerlo en un acto con jóvenes socialistas y de crear una expectativa por el misterio con el que lo hizo Zapatero, lo lógico es que se hubiera hecho en el Parlamento o en sede ministerial por la propia ministra con las medidas concretas. Se parece demasiado a la promesa de los 2.500 euros hecha en el debate del Estado de la Nación.