Sublevación total contra el TAV

La construcción del Tren de Alta Velocidad (TAV) se ha topado con las primeras reacciones contrarias de los ayuntamientos vascos. Pedro Julián Berriozábal, alcalde de Legutiano por EA y que ha sustituído a Pako Retegi del PNV, debía firmar las actas de expropiación de los terrenos afectados por la construcción, pero se negó en redondo ante la incomprensión de los representantes de Fomento y los aplausos de los miembros de la plataforma AHT Gelditu (Parar el TAV) que habían irrumpido en el salón donde debía celebrarse la firma.
A Berriozábal le siguió el alcalde de Durana del PNV, población contigua, que tampoco lo firmó, aunque decidió suspender el acto no por estar en contra como el regidor de EA sino por no provocar altercados ante la numerosa presencia de los militantes contrarios al tren.
La siguiente población será Aramaiona, en el límite con Guipúzcoa, gobernada por ANV. Huelga decir que su alcalde tampoco estampará la firma, al igual que el resto de alcaldes de la formación nacionalista del Goierri, por donde las obras crearán a buen seguro más de un altercado.
El Gobierno vasco ya ha advertido a EA de que controle a sus alcaldes y no retrasen las obras.
Que los alcaldes se nieguen a firmar no impedirá la realización del proyecto, puesto que son meros testigos de la expropiación de los terrenos. Los miedos del Gobierno vasco, más que en el retraso de las obras, está en las amenazas vertidas por ETA.
El Gobierno teme que un impulso de los alcaldes al rechazo de la obra daría más motivos a la organización terrorista que siempre se aprovecha de estos movimientos populares para dar cobertura a las bombas que todos dan por seguro que llegarán, ahora que ya se ha roto la tregua.
Ni qué decir tiene que la actitud del alcalde de EA de Legutiano ha sido aplaudida por Batasuna, que en un comunicado valoró su posición y criticó la de su partido, EA. Por cierto sus dirigentes han optado por el silencio, sin desautorizar la posición de su alcalde, pero manteniendo al mismo tiempo la postura favorable a la infraestructura. Aralar y Ezker Batua también han dado por bueno el rechazo al TAV.