Las constructoras se endeudan para encender chispas entre las energéticas
Acciona, ACS y Sacyr Vallehermoso invierten diez mil millones de euros ante la reordenación del sector
lunes 20 de octubre de 2014, 14:42h
26/10/2006.- El Ministerio de Industria prepara una subida de tarifas de la energía para el año próximo de la que podrán beneficiarse las compañías energéticas y sus accionistas. Con ella se pretende mejorar el servicio y ahuyentar el fantasma de posibles apagones. La incursión de las principales constructoras del país en un sector considerado estratégico podría dar lugar a la creación de sólidos y estables "campeones nacionales" de la energía con los que competir en todo el mundo.
El mercado asiste atónito al desembarco de las principales constructoras del país en las primeras firmas del sector energético. Los consejos de administración de Endesa, Iberdrola y Repsol YPF contarán en breve con representantes de Acciona, ACS y Sacyr Vallehermoso. La liquidez acumulada durante los últimos años les permite afrontar ambiciosos planes estratégicos y dar salida a sus proyectos de diversificación.
El enfriamiento del boom inmobiliario, combinado con la necesidad por parte de las empresas energéticas de crear núcleos accionariales que garanticen la estabilidad ante la posible llegada de inversores extranjeros ha generado el caldo de cultivo idóneo para hacer de éste y no de otro el momento apropiado para llevar a cabo este tipo de operaciones.
El Real Decreto aprobado por el Gobierno, por el que se limitan los derechos políticos de las sociedades que cuentan con participaciones significativas en más de una empresa, catalogada como operador principal en el sector energético, limitaba la entrada de sociedades españolas a las principales entidades financieras del país (Santander, BBVA, La Caixa y Caja Madrid, fundamentalmente). Sin embargo, las constructoras han servido de moneda de cambio para romper la ecuación. Por un lado, entran en negocios de mayor rentabilidad y alejados de los rigores del ciclo que afectan a su actividad tradicional, mientras que las empresas compradas obtienen la protección y estabilidad necesarias, que les permiten blindar su Consejo ante la llegada de operaciones hostiles.
Reordenación a la vista.- Esta particular conjunción de intereses ha tenido como consecuencia más evidente la toma de posiciones en el sector energético por parte de las constructoras, gracias a unas operaciones que han movido cerca de diez mil millones de euros.
Acciona, que fue la primera en 'romper el hielo', ha plantado cara a la alemana E.On para hacerse con el control de Endesa, la primera eléctrica española. Aunque todavía no ha revelado sus planes definitivos, hasta se rumoreó que podría acudir a la OPA planteada por la empresa presidida por Wulf Bernotat extremo que fue desmentido por la empresa, sí ha reconocido su intención de alcanzar una participación significativa que no superaría nunca el 24,9%. Por el momento, ya cuenta con un 10% de las acciones y con otro paquete del 9,6% que guarda en custodia el Santander, hasta enero del año próximo. E.On ha visto como el juzgado del distrito Sur de Nueva York desestimaba su demanda contra la constructora presidida por José Manuel Entrecanales, en la que acusaba al grupo español de haber alcanzado acuerdos con el resto de accionistas de Endesa para evitar que triunfase la oferta de la alemana.
Respecto a ACS, su incursión en Iberdrola abre nuevas perspectivas en el sector ante la posible fusión con otra de sus participadas. El grupo gestionado por Florentino Pérez cuenta con el 35% de Unión Fenosa, y la fusión de ambas empresas podría dar lugar a un gigante energético nacional. Sin embargo, la operación aún tiene que ser revisada por la Comisión Nacional de la Energía (CNE). Todo indica que el organismo confirmará que las inversiones en el suministro energético de la población no quedan en entredicho. Otra cosa es la respuesta que el organismo dará a la petición de hacer compatible la presencia de representantes de ACS en el Consejo de Iberdrola. Una norma impide que una misma persona física y jurídica esté en el Consejo de dos empresas competidoras, y la participación en Unión Fenosa limita las posibilidades para la constructora.
Sacyr Vallehermoso y su posicionamiento como segundo accionista de referencia en Repsol YPF es el ejemplo más claro de la búsqueda de estabilidad por parte de las energéticas. La operación se cerró de forma amistosa con La Caixa, primer accionista de la petrolera, de quien se dice que podría estar detrás del 1,62% que tiene Caixa Cataluña. La entidad presidida por Narcís Serra notificó hace ya varias semanas su intención de vender su participación en Repsol.
Queda por saber qué ocurrirá con FCC y Ferrovial. Fuentes del mercado apuntan que la compañía controlada por Esther Koplowitz podría estar interesada en el 30% de CEPSA que está en manos del Santander, y para el que la entidad lleva ya tiempo buscando comprador. Mientras tanto, Ferrovial parece estar demasiado ocupada, persiguiendo grandes contratos de concesiones en el extranjero y digiriendo las últimas operaciones de compra (BAA, Swissair), como para embarcarse en nuevas aventuras corporativas.
Minimizar costes.- Todas estas operaciones han sido realizadas tratando de minimizar el impacto en los balances de las constructoras. Para ello se ha recurrido a complejos esquemas de financiación que cuentan como principal aval con el valor de las acciones adquiridas.
Para obtener el respaldo de las entidades financieras, tanto ACS como Sacyr ponen a su disposición parte de su patrimonio en títulos, que no deja de revalorizarse cada día que pasa. Esto explica las palabras del presidente de Sacyr. “La financiación de la compra de Repsol es como la concesión de una autopista, que se paga a sí misma”. Los dividendos comprometidos por la petrolera y la puesta en equivalencia en las cuentas de la constructora permitirán saldar la deuda en tan sólo 17 años.
Entre los aspectos negativos están el incremento de la deuda y el efecto de la aplicación de las normas contables internacionales, que perjudica las participaciones en empresas concesionarias y eléctricas. Respecto a la deuda, a la hora de autorizar ofertas por el 100% de una empresa regulada la CNE estudia el ratio de servicio de deuda (relación entre el Ebitda o margen bruto de explotación de la compañía resultante y la deuda financiera neta), estableciendo como límite recomendable un ratio de 5,25 veces. En la situación actual, sin evaluar datos consolidados puesto que no hay solicitudes de fusión a la vista, Acciona alcanzaría las 14,5 veces, mientras que ACS estaría en 12,7, y Sacyr en 28,8 veces.
Concesiones: fuente de recursos para las compañías del sector
Los últimos años han sido muy provechosos para las constructoras. El inédito crecimiento del segmento residencial, la obra pública y la actividad concesional tienen mucho que ver en la enorme liquidez que ahora esgrimen como un poderoso argumento para que bancos y entidades financieras les abran sus puertas.
La patronal de las grandes constructoras, Seopan, indica que cada año las administraciones licitan proyectos por valor de siete mil millones de euros, mientras que otras fuentes hablan de 39.000 millones de euros. Nuestras constructoras apenas si tienen competencia procedente del exterior en este capítulo. Buena muestra de ello es el elevado numero de concursos internacionales en los que están presentes.
El último episodio que ha puesto de manifiesto el interés de las compañías por este segmento del mercado ha sido la lucha abierta entre Sacyr Vallehermoso y el grupo de ingeniería Isolux Corsán, por hacerse con el control de Europistas. La contundente mejora de la oferta, en casi un 50%, que ha ejecutado el grupo presidido por Luis del Rivero, le ha permitido llevarse el gato al agua y ahorrarse el coste de la colocación en Bolsa de su filial Itinere.
Las previsiones gubernamentales ayudan a las constructoras a la hora de encarar el futuro con confianza. El Plan Estratégico de Infraestructuras de Transportes (PEIT), elaborado por el Gobierno Zapatero, reserva un buen puñado de euros para las constructoras, en forma de obras de gran calado.
SCH y BBVA respaldan la incursión energética de las constructoras
El Santander Central Hispano, presente en la financiación de dos de las tres operaciones de las últimas semanas, ha anunciado su intención de sindicar el préstamo concedido para la entrada de Acciona en Endesa, el mayor préstamo sindicado del año, ejecutado por un grupo español, sólo por detrás del que suscribió Ferrovial para comprar BAA.
Acciona ha optado por pagar un 20% del total en efectivo y financiar el 80% restante (unos 2.700 millones de euros), sin cargo a su balance. Fuentes del mercado afirman que ya han sido invitados una veintena de bancos y cajas de ahorros para asumir la carga.
Algo similar hará con el préstamo concedido a Sacyr para financiar la compra de Repsol YPF. Su intención es sindicar el 85% de los 2.855,6 millones que costará la operación, mientras que el 15% restante será capital directo invertido por la constructora de Luis del Rivero.
El Santander también financió la compra del 22% de Unión Fenosa por parte de ACS, que después se completó con una OPA parcial por el 10% por parte de la constructora. En aquella ocasión, la entidad presidida por Emilio Botín sindicó más de dos mil millones de euros.
Mientras, el BBVA, está detrás de la compra del 10% de Iberdrola por parte de la compañía que preside Florentino Pérez. La entidad también está presente, junto al Santander, La Caixa, Sabadell y Calyon, en la operación de compra del 51% de Uniland por parte de Cementos Portland (Grupo FCC), por 1.600 millones, montante que será sindicado en breve.
El ratio de apalancamiento de Sacyr se sitúa en el 75,75%, mientras que en Acciona alcanza el 66% y en ACS ronda el 80%.