FIRMAS

La calle, protagonista

Redaccion | Lunes 20 de octubre de 2014
Madrid lleva siendo, desde hace mucho tiempo, el rompeolas de todas las manifestaciones. Últimamente, la proliferación de protestas ciudadanas por las calles- sería mejor decir por las calles del centro- de Madrid, han hecho que los cortes de tráfico, los atascos y los problemas circulatorios hayan llegado a límites difícilmente soportables.
Por una parte, lo que podríamos denominar la derecha se ha manifestado por la excarcelación de De Juana Chaos, por la puesta en libertad sin procesamiento de Otegui, por la negociación del Gobierno con ETA, por los atentados terroristas... Por otra parte, llamémosla de izquierdas, las manifestaciones se han producido para recordar la participación del Gobierno anterior en la guerra de Irak, o en defensa de la sanidad pública o del empleo público, etc...
Sin entrar a juzgar los motivos de estas manifestaciones, en cualquier caso muy respetables, lo cierto es que representan molestias para los ciudadanos, y gastos en el sector público, que no tendrían demasiada importancia si no fueran tan frecuentes. Tanta asiduidad, además de costosa, puede llegar a cansar a los ciudadanos.
No se trata de oponerse al constitucional derecho de manifestación, pero sería deseable que no se abusara de él, hasta convertirse en costumbre. El coste para los organizadores no sabemos si es grande, pero hay otros gastos de carácter público, que acaban saliendo del bolsillo de los ciudadanos, manifestantes o no.
A esto hay que añadir el capítulo de desperfectos, por mucho que se trate de evitarlos. Menos mal que los equipos de fútbol madrileños parece que no están en disposición de conseguir títulos este año, porque entonces la estatua de Cibeles estaría, una vez más, temblando por lo que le pudiera ocurrir.
Bien está que la calle sea protagonista de la vida madrileña, pero todo tiene sus límites. Es difícil que los ciudadanos se resignen a quedarse en casa cuando tienen la oportunidad de protestar o de exteriorizar su alegría. El problema es ¿siempre tiene que ser en Madrid, y siempre en el centro?