Redaccion | Lunes 20 de octubre de 2014
Por fin. Aunque no era previsible, al final de la larga batalla para hacerse con el control de Endesa, los dos grandes partidos de la Comunidad de Madrid (PSM y PP) aparecen juntos en la que parece la última operación. Cuando en septiembre de 2005, Gas Natural lanzó su OPA, a poco más de 21 euros por acción, la reacción de los populares, encabezados por Esperanza Aguirre, fue relacionar este movimiento financiero y empresarial con el supuesto pago que el tripartito catalán en el Gobierno de la Generalitat exigía al Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero para que las relaciones entre ambas administraciones fuesen como la seda. En aquellos momentos, convulsos por todo lo que se movía en torno al nuevo Estatuto de Cataluña, el PSM, y su secretario general, Rafael Simancas, se prodigaba poco en declaraciones sobre este “marrón” y prefería recurrir al “ese tema ni tocarlo”.
Más tarde, en febrero de 2006 se produjo la entrada en escena de E.ON, que empezó ofreciendo 27,5 euros por acción y terminó poniendo sobre el tapete de la CNMV 40.
Entre la primera oferta de la empresa alemana, con participación del Estado alemán, y la última de Acciona y Enel, en manos del Gobierno italiano, Gas
Natural se ha retirado y Caja Madrid ha tenido el protagonismo que su 10% en Endesa merece.
A última hora, cuando ya parecía que E.ON ganaba la partida, los consejeros del PP, PSM e IU enfrentaron sus posiciones para decidir qué hacer con su participación en Endesa.
El Partido Popular y el sector de Izquierda Unida ligado a Moral Santín veían entonces bien apoyar la OPA de los alemanes, y los socialistas, no.
Esta decisión del Consejo de Administración de Caja Madrid, con unos a favor y otros en contra, ha quedado invalidada por la retirada de E.ON. Ahora, cuando la alianza Enel-Acciona parece que se llevará el gato al agua, el secretario general del PP de Madrid, Francisco Granados, defiende que Caja Madrid no venda su 10% y se quede en Endesa de socio preferente de Acciona, formando un núcleo duro español con muchas posibilidades de tener más peso y volumen financiero que Enel.
Los socialistas madrileños, por boca de Antonio Romero, recuerdan que ellos siempre han defendido que Caja Madrid no se vaya de Endesa; cuestión ésta que ha dejado con el culo al aire al único diputado que hizo declaraciones después de que Caja Madrid optase por E.ON. Miguel Reneses, de IU, habló porque muchos de sus compañeros de Grupo Parlamentario no consideraban suyo el acuerdo decidido con el voto del consejero de la coalición.
No está claro si la coincidencia en pedir que la entidad crediticia se quede en Endesa significa que socialistas y populares forman parte del equipo de “campeones nacionales” en la economía española o sencillamente es que las diferencias anteriores eran ficticias.
¿Tanto como las actuales coincidencias?