INNOVACION Y GENERO
Redaccion | Lunes 20 de octubre de 2014
Las últimas tecnologías hacen acto de presencia en un sector tan viejo y tradicional como el inmobiliario. En la Universidad del sur de California están a punto de dar por terminado un robot capaz de construir una casa en 24 horas. El prototipo trabaja sólo con yeso y cemento, con lo que reduce costes, y únicamente requiere la supervisión de un capataz que controle su funcionamiento.
Una de las consecuencias más evidentes de la implantación de este tipo de tecnologías será un considerable abaratamiento del proceso constructivo, cosa que también es posible conseguir gracias a la última iniciativa planteada por el Centro Experimental de la Vivienda Económica (Ceve) de Argentina. Sus técnicos, dedicados al estudio de materiales alternativas que reduzcan los costes, han ideado un sistema de producción de ladrillos que utiliza como bases los residuos generados a diario en una casa. Se trata del colmo del reciclaje: recurrir a los desechos del hogar para construirse uno, más barato eso sí.
Los envoltorios de alimentos, envases de bebidas e incluso cáscaras de cacahuetes son mezclados con cemento para obtener unos ladrillos, tejas, placas y suelos con los que construir casas baratas. La Subsecretaría de Vivienda ya ha examinado los materiales y ha permitido que se utilicen en construcción de hasta dos pisos de altura.
En este contexto, en el que la innovación hace acto de aparición e impone su dictadura en favor de la reducción de costes y la rentabilidad, nos preguntamos desde aquí si ocurrirá lo mismo con las personas. El sector, después de muchos años de actividad, sigue demandando una revolución, no ya tecnológica, sino de género que permita igualar las posibilidades en los puestos directivos para hombres y mujeres. Una asignatura pendiente que hoy, día internacional de la mujer, no deberíamos ya denunciar, cuando nos adentramos con paso firme en pleno siglo XXI, sino más bien recordar como un viejo legado del pasado del que supimos librarnos hace ya varias décadas. Por ellas, por nosotros y por todos.