De cómo un cementero y editor periodístico siciliano; un empresario multimillonario comunista; un banco franco-americano; el bufete del cuñado de Mario Conde, y el yerno del presidente del Gobierno participaron en el golpe financiero que ha conmocionado al sector inmobiliario español.
Metrovacesa
Joaquín Rivero no podía haber sospechado nunca que la negativa a comprar una finca para la construcción de 3.000 viviendas en Fuengirola le iba a costar tan caro, y que apenas unas semanas más tarde de su negativa y de haberle abierto una parte del "corazón" financiero de Metrovacesa a su presunto inversor italiano, éste se lanzaría sobre la empresa. La historia de la OPA hostil de Caltagirone sobre Metrovacesa se remonta a mediados de 2002, cuando Ignacio López del Hierro, vicepresidente de Bami (que acababa de hacerse con el 23,9% de Metrovacesa en una operación por sorpresa) coincide en un acto social con Alejandro Agag, que estaba entonces preparando su inminente boda con Ana Aznar en El Escorial.
En la conversación entre ambos surge la idea de que Agag se entreviste con Joaquín Rivero para estudiar posibles sinergias entre Metrovacesa-Bami y el Banco Portugués de Negocios para quien trabaja el ya ex político, que ha dimitido de todos su cargos, entre ellos el de secretario de la Internacional Democristiana.
Búsqueda de inversión.- López del Hierro está encargado de buscar inversores para la inmobiliaria, y de seguir el día a día de la compañía en Bolsa. Por su parte, el yerno de José María Aznar tiene una misión parecida en la entidad lusa: buscar buenas inversiones y ofrecérselas a sus principales clientes.
Tras varias reuniones, Agag, que es buen amigo del nuevo presidente de la Cámara de Diputados italiana, Pier Fernando Casini, miembro del Consejo General del Centro Democrático Cristiano, aliado de Berlusconi, pero también competidor y posible sucesor en el liderazgo democristiano del actual presidente de la República, Carlo Azeglio Ciampi, y que asiste a la boda de Agag, junto a Berlusconi, decide ofrecer un paquete de acciones de Metrovacesa a su amigo Franco Gaetano Caltagirone. Este ya ha realizado una OPA hostil sobre una cementera turca y posee una importante inversión de suelo en el municipio malagueño de Fuengirola.
De las conversaciones entre Rivero y Agag surge una primera entrevista entre Caltagirone y el presidente de Bami, en la que el italiano se ofrece a comprar hasta un 10% de Metrovacesa.
En el curso de la conversación, Caltagirone le enseña a Rivero su finca en Fuengirola donde está previsto levantar 3.000 viviendas y le habla de su posible adquisición por la inmobiliaria española. La siguiente reunión se celebra en el despacho profesional de Agag, en domingo y durante todo el día, y en ella ambos presidentes quedan de acuerdo en la compra de un 7% de Metrovacesa en el mercado por parte de Quartas, y en que Caltagirone, o la persona que él designe, tendrá un puesto en el consejo de administración de la inmobiliaria.
Segundos niveles.- Las negociaciones prosiguen ya con los segundos niveles, y entran en escena el Banco Lazard y los abogados de ambas partes. A Madrid viene el despacho Gianni, Origoni, Grippo & partners, y surge la gran sorpresa: Caltagirone condiciona su inversión en Metrovacesa a la compra de la finca de Fuengirola y pide un precio por ella que Rivero y su equipo consideran desproporcionado. Lo que parecía un proceso provechoso para ambas partes se rompe.
Rivero y Agag serán los primeros sorprendidos cuando el martes 21 de enero se enteren de que Caltagirone y su socio Alfio Marchini han lanzado una OPA hostil para adquirir entre el 50 y el 75% de las acciones de Metrovacesa, que no controla Bami.
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No le dice tampoco cuáles son sus intenciones futuras, ni qué piensa hacer en España en caso de tener éxito con la OPA, ya que no tiene estructura empresarial ni, por ahora, "compañero de viaje" nacional, dos aspectos fundamentales para la decisión que tome la CNMV respecto a la operación en el mercado español. ¿Va a mantenerla en el mercado nacional o a trocearla y vender sus mejores activos?
El jueves 23, en la sede central de Bami, tiene lugar una reunión urgente del consejo de administración de Rivero y sus principales gurús en la compañía, los fondos holandeses, árabes y vascos, que acuerdan no vender, mantener el control de Metrovacesa y desarrollar el proyecto empresarial de fusión de ambas compañías.
Fortunas italianas.- Francesco Gaetano Caltagirone es un hombre muy rico. Una de las primeras fortunas de Italia. Cabeza visible de una saga de empresarios sicilianos que han levantado su imperio en torno al cemento y a la construcción en el centro y sur de Italia. Está decidido a ampliar sus actividades a todo el Mediterráneo. Primero fue la compra de la compañía turca Cimentas, a donde desplazó nada más adquirirla al presidente de su filial cementera G Vianini & Co, Walter Montecchi (sustituido en febrero del año pasado por Mario Delfine). Y ahora se ha lanzado sobre el mercado español, donde afirma tener ya algún negocio inmobiliario en la Costa del Sol, con la OPA sobre el 75% de Metrovacesa.
Caltagirone, que comparte sus empresas con sus hijos Alessandro, Edoardo y con su hija Azzurra, unida sentimentalmente al presidente de la Cámara italiana de los Diputados, Pier Ferdinando Casini, está considerado un hombre próximo a Silvio Berlusconi y, como el presidente italiano, fue objeto de fijación permanente en los noventa del movimiento anticorrupción "Manos Limpias", que aunó los esfuerzos de numerosos jueces, fiscales, universitarios y hasta periodistas para acabar con el sistema de corrupción italiano y que tuvo como principal cabeza de turco al presidente Andreotti.
Caltagirone llegó a ser detenido en relación con el escándalo del metro de Milán en 1994, pero desde entonces su influencia en la política y los negocios italianos no ha hecho más que aumentar.
Su llegada a la primera línea del empresariado italiano se concretó en 1984 con la compra del grupo cementero Vianini. Su filial de construcción ha trabajado en los últimos años en obras en más de veinte países de Africa, Asia, Europa y América, pero nunca en España. En Italia ha construido, entre otras muchas cosas, la línea de alta velocidad entre Roma y Florencia y la de Roma-Nápoles, y se ha especializado en la construcción de conjuntos residenciales en Túnez, así como varias de las facultades de la segunda Universidad de Roma.
Diversificar negocios.- En los últimos años, la familia Caltagirone ha ido diversificando sus negocios con la compra de la editora de tres diarios nacionales (Il Messaggero, Il Mattino y Caltanet), ha fundado otro gratuito (Legge) que distribuye cada día cerca de un millón de ejemplares en las diez principales ciudades italianas, y está presente en la Banca Toscana y en el grupo eléctrico Acea.
En 2001, el grupo Caltagirone contaba con más de 3.000 empleados y facturó 658 millones de euros. En la actualidad la revista "Forbes" le da el puesto 452 del ranking de millonarios de todo el mundo.
En agosto de 2000, un empleado filipino de su villa de Parioli (Roma) secuestró a la esposa del empresario, Luisa Farinon, hermana, además, de una popular presentadora de televisión, Gabriella, y tras robar dinero y joyas emprendió la huida con su rehén hasta la República de San Marino. Francesco Gaetano fue tras el secuestrador en un avión militar hasta que éste liberó a Luisa Farinón y trató de refugiarse en la ex república yugoslava de Eslovenia, donde rodeado por la policía local decidió suicidarse.
El socio de Caltagirone en la aventura española de Metrovacesa es, en cambio, el nieto de un destacado militante comunista, Alfio Marchini, que estuvo en la resistencia contra Mussolini y Hitler en los años cuarenta, y que llegó a ser uno de los principales sostenes financieros del diario del PCI "L'Unitá". Marchini es uno de los empresarios de confianza del presidente Massimo D'Alema (1998-2000) y uno de los financiadores del proyecto político de la unión de centro-izquierda El Olivo.
Capitán de polo.- Marchini tiene 36 años y es un apasionado de los caballos que juega al polo y es capitán del equipo italiano Loro Piana. Es miembro del consejo de administración de la Fundación Italiani Europei de Cultura Política, creada por Massimo D'Alema y Giuliano Amato. Calificado como un experto en "ingeniería financiera" (IBI Corporate), puso en marcha hace poco, a través de Sofimar, la sociedad Astrim, que aspira a quedarse con el 25% de Metrovacesa. Astrim tiene también como socios al grupo de bancos italianos Capitalia (antigua Banca di Roma y Banco de Sicilia) y a la sociedad de la Bolsa de Milán, Mittel, especializada en negocios inmobiliarios. Capitalia está en plena reestructuración y tiene previsto vender 135 sucursales bancarias en Italia a diferentes entidades por un importe total de 800 millones de euros. Paralelamente, el banco cederá su participación del 5,4% en la sociedad de servicios financieros Finaref al grupo francés Pinault-Printemps-Redoute (PPR), que ya controlaba la entidad, por 170 millones. Asimismo, Capitalia tiene previsto traspasar la participación del 49% que posee en Banca Finnat Euramerica, una entidad de corretaje y de inversiones, al grupo italiano Nattino.
La OPA sobre Metrovacesa ha estado asesorada por la banca multinacional Lazard, que también ha participado en la venta del 23% de Dragados a Florentino Pérez y le ha asesorado en la venta de la holandesa HBG. Otra de las sociedades protagonistas ha sido el despacho de abogados Albiñana & Suárez de Lezo, que tiene como principales letrados a César Albiñana (adquisiciones y telecomunicaciones) y a Rafael Suárez de Lezo (anti-trust y competencia). Albiñana fue miembro del consejo de administración de Banesto en la época de Mario Conde y está casado con una hermana de Lourdes, la esposa del ex banquero, Virginia Arroyo.
El yerno del presidente pide explicaciones a su amigo italiano, y éste le asegura que no le ha informado de sus últimos movimientos para no comprometerle.