Redaccion | Lunes 20 de octubre de 2014
El urbanismo tiene ahora otra función social que añadir a las ya muchas que cumple. Los investigadores han ideado la forma de incrementar la seguridad en las viviendas desde su mismo origen, lo cual no está de más, dados los últimos acontecimientos que se vienen produciendo relacionados con el tema.
Mientras los habituales cacos, que solían aprovechar las épocas estivales para hacer su agosto, han cambiado de estrategia y se atreven ahora a asaltar las viviendas con sus ocupantes dentro, la llamada "prevención criminal en urbanismo" se plantea como una tendencia que cada día cuenta con más seguidores. En Renania del Norte-Westfalia (Alemania), las fachadas de muchos edificios lucen una curiosa placa azul y blanca con la inscripción "casa segura". Se trata de una distinción que otorgan las autoridades policiales, los ayuntamientos y las compañías aseguradoras siempre que la construcción o reforma de la casa cumpla ciertos requisitos.
La iniciativa de muchos municipios europeos de consultar a expertos en seguridad de la policia para incrementar la seguridad urbana no es ninguna novedad, aunque parece que, como en muchas otras ocasiones, es una tendencia que tarda en llegar a nuestro país, a pesar de lo bien que vendría en algunas zonas, y si no que se lo cuenten a la familia Tous.
La constructora HOPF IEG Nesselerse constuye en la actualidad 49 casas unifamiliares y 50 viviendas calificadas como "antirrobo", en la ciudad germana de Essen. Ha creado una comisión de seguridad para estos proyectos en la que ha contado con la colaboración de la policia. Los costes adicionales por recurrir a este tipo de servicios son de entre 1.500 y 2.500 euros para cada vivienda unifamiliar. Un mínimo esfuerzo para poder disfrutar de un futuro seguro.
Que tomen nota las autoridades y también la iniciativa privada. El urbanismo sostenible pasa por cuidar hasta el más mínimo detalle de los acabados, respetar el entorno y no escatimar gastos a la hora de prevenir problemas de futuro.