JESUS CENTENO

La deuda de las familias para comprar una vivienda continuó creciendo en marzo a un ritmo interanual del 24% y ya roza el medio billón de euros. ¿Dónde está el techo? Yo creo que el techo ya se ha sobrepasado, pero eso no significa que el endeudamiento se vaya a frenar a pesar de las advertencias del Banco de España. Y no se va a frenar porque los bancos y las cajas de ahorros tienen en los préstamos hipotecarios su principal negocio y el más seguro. Mientras sigan financiando hasta el 120% del valor de tasación de la vivienda y dilatando la amortización del préstamo a 40 ó 50 años, los demandantes de vivienda seguirán endeudándose.

Pero eso es un círculo vicioso muy peligroso...

• A los precios actuales de la vivienda, la única forma de acceder a un piso en propiedad es endeudarte durante muchos años.

Un informe de la aseguradora Genworth concluye que la posibilidad de impago de una hipoteca se duplica cuando el préstamo supera el valor de la vivienda.
No conozco ese informe y no tengo un criterio definido al respeto, pero entiendo que cuando debes más dinero de lo que vale el inmueble, significa que tu endeudamiento es mayor de lo que puedes asumir y, por tanto, son también mayores las posibilidades de que no puedas afrontar ese préstamo en momentos de dificultad. Y esa es la continua advertencia del Banco de España.

¿Cree que los tipos en alza son una amenaza?
Hay varias amenazas. Una de la que no se habla pero es muy importante es que el crédito al consumo, e decir, el que no es hipotecario, también está creciendo a tasas interanuales del 15%. Es decir, las familias están endeudadas por partida doble. Y hasta ha sido, principalmente, por unos tipos de interés en mínimos históricos y una década continuada de fuerte crecimiento económico, con creación de empleo y precios más o menos controlados. Si esto se distorsiona, las consecuencias pueden ser graves.

Los jóvenes ha protagonizado su segunda sentada por una vivienda digna, con apoyo de los sindicatos. ¿Comienza a hincharse ese globo?
Sí. De momento, es un globo a medio inflar, pero la protesta va tomando cuerpo y esperemos que las reivindicaciones se hagan dentro de los cauces normales de una protesta. Los sindicatos se han sumado, también alguna fuerza política, pero esto, a mi juicio, es positivo, porque lo que están haciendo es asumir las reivindicaciones de los jóvenes, hacerlas suyas y llevarlas a los foros adecuados de debate y discusión.