FIRMAS

Responsabilidad empresarial

Redaccion | Lunes 20 de octubre de 2014
Ya tenemos aquí la tercera fase de la denominada Operación Malaya o, lo que es lo mismo, la corrupción generalizada en el urbanismo de la ciudad de Marbella. Más de una decena de detenidos nos hacen ver que la Justicia no se para y está dispuesta a llegar hasta el final, si la dejan, para destapar de una vez por todas el expolio que ha sufrido la localidad malagueña.
Si dejamos de lado los aspectos que interesan a la prensa del corazón, lo destacable es que nuevos empresarios junto a un director de sucursal bancaria y un funcionario judicial han sido puestos a disposición judicial por la policía. Y eso no hace más que extender la sombra de la duda sobre el urbanismo y el sector inmobiliario. Por eso, ahora más que nunca, desde el sector debe lanzarse el mensaje de que, porque haya manzanas podridas dentro de él, no se debe medir a todos por el mismo rasero.
En todas las partes y sectores pueden existir ilegalidades y negligencias pero no por eso se debe generalizar. Desde las asociaciones profesionales se debe transmitir a la sociedad que el sector inmobiliario es uno de los motores de la economía y es esencial y vital en el mantenimiento de su buena marcha. Resaltar lo positivo de su actividad y dejar claro que la actuación de la gran mayoría se ajusta a la legalidad y contribuye a la mejora y el desarrollo de las ciudades. Y demandar de los poderes públicos la máxima transparencia y responsabilidad.
Si alguien conoce la existencia de presuntas corrupciones urbanísticas, lo que debe hacer es ponerlo en conocimiento de la Justicia, hacer todo lo posible por que esta se encargue del asunto y no hacer demagogia barata.
Y lo que también se nos debe exigir a los periodistas y a los medios de comunicación es rigurosidad a la hora de tratar la información que se produce y no caer en un sensacionalismo desmesurado al tratar los casos de corrupción e irregularidades en el sector.