FIRMAS

Uno de los suyos

Redaccion | Lunes 20 de octubre de 2014
Con Hugo Chávez pasa casi lo mismo que con esos chicos y chicas, que además de ser muy chistosos, son manirrotos, ponen cuernos a mansalva y pueden salir por cualquier lado. Te hacen mucha gracia cuando están casados con otro o con otra. Subrayo esto, como mensaje a esos españoles que se desternillaron de risa viendo al presidente venezolano haciendo el payaso en la Asamblea General de la ONU.
El tipo, que hace cosas dignas de la pista de un circo, comenzó declarando que Bush era el diablo, se santiguó y afirmó rotundo que aquello olía todavía a azufre. De todo lo que soltó después, lo único que me parece razonable es la propuesta de sacar la sede de la ONU de Nueva York y llevarla al Tercer Mundo. Teniendo en cuenta que la ONU es una máquina de gastar, plagada de burócratas del tres al cuarto, incapaz de preservar la paz mundial y donde el voto de un pudridero como Somalia, donde asesinan monjas por ser católicas o violan refugiadas como deporte, vale igual que el de Brasil, México o España, no me parece mala idea.
Que se la lleven a Caracas y si la capital de Venezuela les resulta demasiado cara, siempre pueden buscar acomodo en Trípoli, Brazzaville o Kabul. El próximo mes de diciembre, está prevista la celebración de nuevas elecciones en Venezuela y todo indica que volverá a ganar Chávez y de forma contundente.
Los expertos de PSB, una empresa de sondeos que ha asesorado a Tony Blair y a Bill Clinton, acaban de hacer una encuesta en Venezuela y vaticina que los comicios serán mucho más reñidos de lo que augura el oficialismo. Puntualiza que el miedo distorsiona los resultados de los sondeos, porque la gente no se atreve a decir que no votará a Chávez, pero concluye pronosticando que el Gorila Rojo le saca trece puntos de ventaja a Manuel Rosales, su principal rival y actual gobernador del petrolero estado Zulia, La gente de Chávez habla de 40 puntos de diferencia y alguna firma local de 18 puntos. Después de verle hacer el mamarracho en la ONU o de escuchar las cosas que suelta cada domingo en su programa radiofónico “¡Alo Presidente!”, cuesta creer que las cosas puedan estar así, pero se trata de simple aritmética. Venezuela está partida en dos, entre opositores y partidarios de Chávez. Es además un país seccionado en función de la renta: los ricos suman el 3% de la población, la clase media el 17% y el 80% son pobres de solemnidad.