El ministro de Infraestructuras italiano, Antonio Di Pietro, amenaza con cambiar el estatuto que rige las cesiones de autopistas
Redaccion | Lunes 20 de octubre de 2014
06/07/2006.- El mandatario italiano declara que la Administración dejará de interpretar el papel de “Robin Hood, pero al revés” con las empresas concesionarias de las autopistas del país.
El último movimiento del ministro italiano, podría muy bien interpretarse como una forma de subir el listón o el punto de arranque de las negociaciones para aceptar plenamente la fusión entre Abertis y Autostrade. Una de sus advertencias, incluye la posibilidad de modificar la normativa que rige las concesiones de autopistas, hasta el momento muy favorable a las empresas, según el ministro. Los cambios afectarían, no sólo a la empresa que tiene prevista su absorción por la concesionaria española, sino a todas las que operan autopistas en el país.
Las dos compañías, aprobaron en sus respectivas juntas de accionistas de la pasada semana la fusión, que dará lugar al mayor operador de autopistas del mundo. Sin embargo, las autoridades italianas se han mostrado en todo momento contrarias a la unión y no han cedido ni un centímetro de sus posiciones iniciales durante las semanas de negociaciones con las dos compañías.
La aprobación del Gobierno italiano es fundamental, ya que la empresa pública gestora de las autopistas del país, ANAS, amenaza con retirarle las concesiones a Autostrade, en caso de que se consume la operación, que ascenderá a 14.000 millones de euros. En principio, el primer problema era la presencia de la constructora ACS, con un 12,5% de los títulos, en el accionariado de la que sería la nueva Abertis, surgida de esta fusión. Según parece, una orden ministerial de 1997 prohibiría la presencia de constructoras en el accionariado de las concesionarias. Pero tampoco parece haber acuerdo al respecto de los 2.000 millones de inversión que el Ministerio de Infraestructuras reclama a Autostrade, por compromisos adquiridos con anterioridad y que, según Di Pietro, la empresa no ha acometido. Por el momento, las autoridades no han admitido ningún tipo de propuesta de las empresas, por considerarlos insuficientes o faltos de solidez. No han servido las promesas firmadas por la empresa italiana de que ACS no recibiría trato de favor por la concesión de contratos relacionados con las autopistas gestionadas por ella.
Los representantes de la empresa española siguen confiando en obtener el visto bueno, tanto de las autoridades italianas, como de las comunitarias. Sin embargo parece que el ministerio transalpino no dará su bendición fácilmente, y sin pedir importantes compensaciones a cambio.