Redaccion | Lunes 20 de octubre de 2014
El Gobierno Central ha descartado el Dique del Oeste como opción para proyectar el aterrizaje del gasoducto de Baleares porque es una zona que cuenta con dos polígonos que albergan distintos tipos de hábitats y todo ello supondría poner en peligro la conservación de la fauna y la flora silvestres.
El Ejecutivo Central respondió así a un pregunta escrita del Congreso de los Diputados formulada por el Grupo Parlamentario de Esquerra Republicana (GERC) a la que ha tenido acceso Europa Press.
De este modo mantiene que la "mejor" opción es enclavar el gasoducto en la playa de San Juan de Dios (Mallorca) por ser ambientalmente "viable" aunque, precisó que esta propuesta aún está pendiente de que el Ministerio de Medio Ambiente emita la resoluación "favorable" sobre la declaración de impacto ambiental
Asimismo, reitera que la alternativa de aterrizar el gasoducto en el Dique del Oeste invade la 'Zona II' prevista en el 'Plan de utilización de los espacios portuarios del Puerto de Palma, para fondeo de buques'.
A este respecto detalló que, de acuerdo con los límites recogidos en el mapa enviado por la Autoridad portuaria de Baleares, a los que se hace referencia en el Estudio de Impacto Ambiental (EIA), organismo que indica que dicho espacio no debe ser atravesado por el gasoducto.
Asimismo, el Ejecutivo Central argumentó también que el gasoducto terrestre necesario para conectar el aterraje del Dique Oeste y la estación de llegada en Ca's Tresorer, tendría unos quince kilómetros de longitud en un trazado "sensible" paralelo a la autovía PM-20.
Sobre esto expone que dicho trazado debería "forzosamente" atravesar zonas con "elevada" densidad de población y con "numerosas" infraestructuras y servicios, mientras que el gasoducto terrestre es inferior a 4 kilómetros en el caso de San Juan de Dios.
Por esta razón, concluye que el proyecto del gasoducto Denia-Ibiza-Playa de San Juan de Dios cumple, en principio, los requisitos legislativos incluidos en el Real Decreto 1302/86 por lo que se considera como la "mejor" opción porque causará el "menor" impacto ambiental
El nuevo gasoducto que se construirá en Baleares forma parte del Plan de Eficiencia Energética de Baleares (PEE) que se marca como objetivo reducir la intensidad energética (división entre consumo de energía y PIB) a razón del 1 por ciento anual hasta 2015, lo que, según estimaciones de la Consejería de Medio Ambiente, supondría la emisión de 14.340.000 toneladas menos de C02 en la atmósfera.
Para ello, el Gobierno Balear ha articulado ayudas a particulares y empresas, así como subvenciones a ayuntamientos para la puesta en marcha de medidas de racionalización del consumo energético, entre otras medidas.