Redaccion | Lunes 20 de octubre de 2014
El alcalde de la ciudad, Alberto Ruiz Gallardón, sabía que para poder acometer las grandes obras de la ciudad necesitaba dinero y para ello precisaba no solo subir los impuestos, como ha hecho, sino modernizar la hacienda municipal.
Y lo ha logrado. La concejalía que dirige Juan Bravo se ha modernizado para cobrar a los madrileños todos los impuestos. La prensa no ha destacado que la calificación internacional de las agencias ha bajado el nivel de Madrid y es más difícil endeudarse, algo que ni las buenas artes de Juan Bravo y su gente ha podido evitar.
Bravo ha creado una agencia tribunataria,a la que se conoce como +m, que es ”la encargada de gestionar los tributos y otros ingresos públicos locales”. “Este organismo nace con la vocación de mejorar Madrid a través de la contribución de todos los madrileños.+m quiere ser un servicio de gestión tributaria de calidad, comprometido con nuestra ciudad y cercano a los
ciudadanos”, afirma la propaganda oficial.
La realidad, además de estas frases es que Gallardón quizá no logre hacer pisos para jóvenes, mejorar el tráfico o hacer de la ciudad un gan escarate de la Cultura, pero ha montado un servicio eficaz de hacienda pública. Te cobran las multas, embargándote la cuenta corriente si hace falta; se cobran los impuestos, con todas las garantías que exige la cuestión, y también te embargan la cuenta si no pagas. Han subido las tasas municipales hasta adecuarlas a los costes reales. Esta operación no ha sido muy popular, pero es una política más real si se quiere que el Ayuntamiento de unos buenos servicios en piscinas, polideportivos o cuestiones similares.
El Ayuntamiento incluso se ha hecho con un edificio en el centro de Madrid, cerca de la Puerta del Sol, donde se pueden gestionar todas las cuestiones relacionadas con los impuestos. Han facilitado el cobro por banco y reducido la factura de algunos impuestos,
como el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), si se adelanta el pago a dos plazos.