El negocio del éxodo

La última operación corporativa protagonizada por el BBVA por la que acuerda la compra de dos de los principales bancos tejanos, y pasa a convertirse en la primera entidad financiera de aquel Estado, viene a confirmar una tendencia que ya quedó patente el año pasado. El interés de nuestros bancos por el negocio generado por los inmigrantes va en aumento. En Texas existe una gran presencia latina, y precisamente allí, BBVA ya efectuó el año pasado la adquisición del banco Laredo National Bancshare.
No es sólo Texas la región que despierta la atención de los inversores españoles. También México ha sido escenario de grandes operaciones financieras con marcado carácter español. No olvidemos la compra de la entidad hipotecaria Mi casita por parte de Caja Madrid, a principios del pasado año. Las remesas generadas por los protagonistas del nuevo éxodo de población que se produce en todo el planeta son una de las principales fuentes de ingresos para los países de orígen, y los bancos son buenos conocedores de ellos.
Aquí mismo, en España se comienzan a desarrollar productos específicos para este colectivo como el Banco del Emigrante, controlado por ocho Cajas de Ahorros.
Respecto a la operación cerrada por BBVA, supondrá una inversión de 2.092 millones de euros que la entidad vasca obtendrá de la venta del 5% de Repsol YPF, donde se ha mantenido como accionista de referencia desde finales de los 80, y del 14,7% que tenía en el italiano BNL.
De cómo afectarán este movimiento a la facturación del banco podemos asegurar que tendrá un resultado positivo, y que será la envidia de sus más directos rivales. Otra cosa, es como afectará la venta de ese paquete de acciones a Repsol YPF, poco después de que la petrolera haya sufrido el varapalo de la nacionalización del crudo en Bolivia. Recientemente también Alicia Koplowitz deshacía posiciones en la compañía hispano-argentina. Parece evidente que algo se esconde tras estos movimientos.